Topalov se corona en el torneo de Linares 2010

lunes, 8 de marzo de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 3 de marzo (apro).- El tradicional torneo de Linares, que en un tiempo fue el más importante y fuerte del circuito internacional de ajedrez, concluyó el pasado 24 de febrero.

Hace ya 27 años, el empresario Luis Rentero lo hizo nacer y luego, hace no mucho tiempo, dejó al ayuntamiento de Linares la organización del torneo, después de sufrir un accidente que le provocó graves problemas de salud por algún tiempo.

Hoy día el torneo de Linares sufre un decaimiento, quizás debido a que, por una parte, otros torneos han adquirido madurez y, además, están dispuestos a invitar (y pagar) a los mejores jugadores del planeta.

El ejemplo más importante de ello es quizás el de Corus, en Wijk aan Zee, Holanda, donde podemos ver, en el grupo principal, a campeones o excampeones mundiales.

Por otra parte está Kasparov, quien después de su retiro, en 2005, ha hecho que los torneos no tengan el brillo de antes, ya que el ogro de Bakú era, por una parte, el mejor jugador de todos los tiempos. Además, era siempre polémico y lograba atraer la atención de los medios.

Sin embargo, pese a lo que diga la gente, Linares 2010 fue un torneo de lo más difícil, con un promedio de 2757 puntos Elo (categoría 21), uno de los más fuertes del planeta. Este año participaron el ruso Alexander Grischuk, campeón defensor; Levon Aronian, de Armenia; Vesselin Topalov, de Bulgaria; Paco Vallejo, el mejor español; Vugar Gashimov, también de Rusia, y Boris Gelfand, de Israel, reciente ganador de la copa mundial, en enero pasado.

En Linares, el triunfo finalmente fue para Topalov, que demostró que es uno de los mejores jugadores del mundo, al colocarse a décimas de puntos en el rating del primer sitio en el ajedrez mundial: el joven prodigio Magnus Carlsen, de Holanda.

Vesselin Topalov venció en muchas posiciones complejas, donde su mejor cálculo prevaleció. Sus partidas fueron analizadas exhaustivamente por grandes maestros, prácticamente al terminar cada ronda, y con ayuda de las computadoras y los programas como Rybka o Fritz, se encontró que “corrió con suerte” cuando sus adversarios no jugaron lo mejor, lo más contundente.

La realidad es que una cosa es el análisis post mortem y otra el tener que hallar las jugadas precisas en la partida viva. Ahí es donde se ve la diferencia del ajedrez entre uno y otro jugador.

En mi opinión, Topalov jugó un ajedrez en el que buscó a toda costa el desequilibrio. En estas aguas turbias halló las mejores  continuaciones, mientras que sus rivales se perdieron en estas marejadas de variantes complejas.

Sin duda, su triunfo es muy merecido, aunque aparentemente haya tenido posiciones de dudosa ventaja. De lo mismo acusaron muchas veces al excampeón mundial, el genio de Riga, Mijail Tahl, con quien por lo general se veían sacrificios espectaculares, muchas veces señalados en el análisis como incorrectos.

En su defensa, Tahl bromeada: “Hay dos tipos de sacrificios en ajedrez, los correctos y los míos”.

El torneo terminó así: Topalov con 6.5 puntos de 10 posibles, seguido por Grischuk, que logró 6.0 puntos. En tercer sitio se colocó Aronian, que logró 5.5 puntos y que no perdió partida (aunque siendo justos, Aronian se salvó de una combinación que Topalov no vio y que le hubiera propinado una dolorosa derrota). Del cuarto al sexto puesto empataron Vallejo, Gelfand y Gashimov.

Lo interesante de este resultado es que a mediados de abril se medirán Topalov y Anand, por el campeonato mundial. Se jugará en Sofía, Bulgaria, y esto quizás pueda darle una ventaja al ahora campeón de Linares.

Aquí Topalov mostró poco de lo que probablemente esté preparando contra Anand. En cambio, el tigre de Madrás, Vishy Anand, se reservó en enero lo que quizás ya tenga en su armamento de aperturas para el mundial que se avecina, donde defenderá el título, que ya lo hizo con éxito ante el peligrosísimo Vladimir Kramnik.

Así las cosas, este año promete mucho en ajedrez, y eso siempre es bueno. Hay que estar al pendiente de los torneos que se avecinan.

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