El día internacional de la danza

domingo, 18 de abril de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 14 de abril (apro).- El Día Internacional de la Danza se festeja en todo el mundo el 29 de abril. La iniciativa, propuesta desde hace más de 30 años por la UNESCO, se ha convertido en una fiesta obligada en algunas regiones.

 Hace años, cuando la idea se propuso en México, fue realmente bien acogida y se organizaron brillantes eventos en el Palacio de Bellas Artes, en el Centro Nacional de las Artes y posteriormente en la UNAM, con la administración de Cuauhtémoc Nájera.

Con todo preparado, el festejo se canceló el año pasado por la crisis que generó la epidemia de influenza humana. Este año se pretende que diferentes instituciones realicen el festejo y echen la casa por la ventana “para celebrar lo maravillosa que es la danza”.

Sin presupuesto, pero con enorme presión política, algunas instituciones armarán sus eventos a costillas de los pobres grupos que, en la mayoría de los casos, no cobran. Grupos de segunda y en algunos casos de tercera serán seguramente los encargados de cubrir la cuota.

Pero l primera fuerza empieza a hacerse respetar y, por una mínima cuestión profesional, ya no acepta tan fácilmente dar funciones gratuitas.

Por fortuna la UNAM decidió que era más importante mantener un proyecto continuo durante todo el año, que gastarse el presupuesto anual en un evento, que si bien da mucho lucimiento político, no es más que un relumbrón. Circo, puro circo.

Además, es imposible sentir la nube negra que cubre los festejos del Día Internacional de la Danza después de que a Michel Descombey y Gladiola Orozco, directores del Ballet Teatro del Espacio, los trataron como si fuesen prácticamente unos advenedizos que nada más “estiraban la mano, pedían dinero y no daban nada a cambio”.

De ser un espléndido foro, el espacio de los maestros se convirtió en un muladar para estacionar autos.

Esto, por supuesto, es resultado de la pésima política cultural que se desarrolla últimamente desde Conaculta, donde al parecer los administradores tomaron el poder y con sus candados fiscales tratan de imponer a los artistas una manera de pensar y trabajar, en función de una burocracia ominosa y resultados cuantificables, pero de nula calidad.

Por fortuna, los verdaderos artistas trabajan siempre, sea o no día de la danza. Y si los políticos pretenden disimular su ineficiencia con eventos tipo kermesse a costa de los impuestos de todo mundo, demostrarán una vez más que sólo poseen una neurona en su cerebro, que para colmo es motora.

 

ap/cvb

--FIN DE NOTA--

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