Rechazan Calderón y Obama la Ley Arizona

miércoles, 19 de mayo de 2010 · 01:00

WASHINGTON, 19 de mayo (apro).- Los presidentes de México, Felipe Calderón, y de Estados Unidos, Barack Obama, rechazaron la ley SB 1070 que se promulgó el mes pasado en Arizona, por discriminatoria e injusta.

En conferencia de prensa conjunta, ofrecida en el Jardín de las Rosas, de la Casa Blanca, al término de una reunión en la oficina Oval, ambos presidentes expusieron sus puntos de vista sobre la ley Arizona.

Para Barack Obama puede ser una herramienta de carácter discriminatorio en contra de personas que encajen con el “patrón de sospecha” de ser inmigrantes indocumentados, mientras que para Calderón es una medida discriminatoria que, subrayó, México rechaza.

“La ley de Arizona tiene el potencial de ser aplicada de una manera discriminatoria”, admitió Obama.

La ley SB1070 autoriza a la policía de Arizona a arrestar a cualquier persona que, por su aspecto físico, pueda ser un indocumentado, sobre todo si en el momento de ser interrogado por no cuenta con los documentos migratorios para demostrar su ciudadanía, o su residencia legal.

En el marco de la visita de Estado que realiza el presidente de México a Estados Unidos, Obama, abordó el tema de la ley SB1070, a la cual, en su momento, calificó de “malintencionada” y anunció que por medio del Departamento de Justicia buscaría bloquearla para que no entre en vigor a finales del próximo mes de julio, como se tiene previsto.

La ley de Arizona “no debe ser aplicada de una manera discriminatoria, pero creo que una lectura justa de los estatutos –de la medida- indica que abre la posibilidad de que las personas que puedan ser señaladas como posibles inmigrantes indocumentados sean acosados o arrestados”, subrayó Obama.

El presidente Calderón aclaró, a su vez, que el gobierno de México respeta las decisiones internas, federales y estatales, de Estados Unidos, pero no las medidas discriminatorias como la SB1070 del estado de Arizona.

“Mantendremos nuestro firme rechazo a que se criminalice la migración, y que gente que trabaja y aporta a esta gran nación sea tratada como delincuente. Y nos oponemos firmemente a la ley SB1070 de Arizona, porque parte de principios, injustos, parciales y discriminatorios”, declaró Calderón.

Obama insistió en el Departamento de Justicia está haciendo una “revisión cuidadosa” del lenguaje de la ley de Arizona para determinar si se acopla a los estándares de la defensa y respeto de las libertades civiles de Estados Unidos. “Y espero que muy pronto el Departamento de Justicia me entregue un reporte con sus conclusiones, y una vez que lo tengamos, tomaremos decisiones en términos de cómo vamos abordar la ley”, explicó Obama.

El tema de la ley de Arizona se convirtió en uno los tópicos más importantes abordados entre Calderón y Obama, por el contexto de la eventual reforma a las leyes de inmigración que se busca en Estados Unidos y que podría beneficiar a unos 11 millones de inmigrantes indocumentados, de los cuales la mayoría son mexicanos.

Obama señaló que tiene la firme determinación de buscar que el Congreso federal de su país apruebe una reforma integral que regularice el estatus de residencia de los indocumentados, quienes, advirtió, deben primero pagar impuestos, hablar inglés y no tener antecedentes penales.

“La ley de Arizona expresa algunas de las frustraciones que tienen los estadunidenses respecto a las imperfecciones de nuestras leyes de inmigración”, indicó Obama, al tiempo que le dijo a Calderón que es responsabilidad de los dos países, contar con una frontera moderna, segura y ágil que permita el flujo legal de personas y de mercancías.

El mandatario estadunidense, pese a insistir en su deseo de apoyar una reforma migratoria amplia, no se comprometió ante el presidente de México a que será aprobada este año en el Capitolio la reforma a las leyes de inmigración, incluso admitió que políticamente no cuenta con los votos necesarios para alcanzar este objetivo, ante todo porque requerirá del respaldo de los legisladores del Partido Republicano y el incondicional de los demócratas.

“Tengo confianza en que lograré el apoyo de la mayoría de los demócratas, tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado; pero no tengo los 60 (votos) que se requieren en el Senado, tengo el apoyo de algunos republicanos”, aceptó Obama.

Apoyo mutuo contra el narco

Respecto a la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado en México, Calderón y Obama expresaron su compromiso de continuar apoyándose mutuamente, tomando en cuenta el tema de la corresponsabilidad que tienen las dos naciones en el asunto.

“Como aliado, le daremos el apoyo que necesite para salir adelante”, dijo el presidente Obama, quien también se comprometió con Calderón a trabajar para reducir el consumo de drogas en la Unión Americana, y contener el flujo de armas que termina en manos de los narcotraficantes, así como el del dinero procedente de la venta de los narcóticos.

La visita de Estado de Calderón a Estados Unidos no ofreció resultados concretos en los temas pendientes de la agenda bilateral. El tema de la prohibición del ingreso de los camiones de carga mexicanos al territorio estadunidense, que es una violación que por 15 años ha cometido el gobierno estadunidense al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), según el presidente mexicano fue un asunto que se abordó durante la reunión en la oficina Oval, y en el que Obama se comprometió a encontrarle una solución lo antes posible, pero sin establecer ningún plazo.

En la declaración conjunta que dieron a conocer la Casa Blanca y Los Pinos, al término de la conferencia de prensa, y antes de la cena de Estado que ofreció Obama en honor de Calderón, se informó que los dos países se comprometieron a trabajar en los temas de competitividad económica, conservación del medio ambiente, desarrollo de energías limpias, combate al cambio climático, la no proliferación de armas nucleares, el bienestar social y económico, y en la seguridad de la población de las dos naciones.

Este jueves concluirá la visita de Estado de Calderón con un discurso que dará ante una sesión Conjunta del Congreso federal de Estados Unidos, donde se espera que aborde nuevamente el tema migratorio y el rechazo a la ley SB1070 de Arizona.

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