"Lourdes y Jorge", una obra de teatro por la diversidad sexual

jueves, 20 de mayo de 2010 · 01:00

MONTERREY, NL, 20 de mayo (apro).- Al margen de instituciones culturales, y sin el apoyo de algún colectivo lésbico-gay, René Sagal y Alfredo Báez protagonizaron la puesta en escena de Lourdes y Jorge, poemario ganador del premio Efraín Huerta 2007.

Convertida en ópera-rock, con escasa publicidad y recursos propios, Sagal, quien es travesti, y Báez, que es gay, fueron dirigidos por Iván Montiel con música del trovador urbano y colaborador de Proceso Foto, Víctor Hugo Valdivia.

Arnulfo Vigil, autor de Lourdes y Jorge, escribió el guión de la obra presentada el miércoles pasado en el Teatro Calderón, con motivo de la Semana de la Diversidad, ante un lleno total compuesto por familias, lesbianas, bisexuales, travestis y heterosexuales.

El clima en el Teatro Calderón aumentó no sólo por la ausencia de aire acondicionado, también por los bailes candentes que Sagal, en el papel de Lourdes, prodigó a Báez, quien representó a Jorge, al ritmo de la música de Valdivia.

Según Arnulfo Vigil, el poemario está inspirado en el Cantar de los Cantares, pero es una actualización de los tiempos que no se permite perder lo que llama “el impulso vital”. Los versos bíblicos fueron interpretados a ritmo de rock.

La vieja canción, “Aunque no sea conmigo”, compuesta por el extinto regiomontano Chago Díaz, amigo personal de Vigil, es el preámbulo que introduce a la actuación.

El primer acto arrancó con la declaración amorosa de Lourdes, quien promete no necesitar vitaminas ni suplementos alimenticios. La mujer, que se sabe bella, con piernas hermosas por ser cambacera, que no merece más que “accesorios de Louis Vuitton”, jamás “joyas que sean made in Taiwan”.

En abierta sátira al chovinismo regiomontano, Lourdes y Jorge exhibieron su amor pleno, a veces fracturado, otras muchas político y, a final de cuentas, ideal.

Así, en sus declaraciones políticas, la pareja quiso hacer “guerrilla urbana” y arrancó al público los coros hechos famosos por el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME):

“Calderón, culero, devuélveme mi empleo”; “Señor Calderón, por qué no usó condón; señora Hinojosa, por qué parió esa cosa”.

Los acordes de Valdivia remiten también al ya legendario vallenato regio, que irrumpe para hacer sonar la Cumbia sobre el río.

Jorge es un líder social que encabeza mítines, tiene un activismo panfletario, y Lourdes está deseosa de seguirlo a los mítines, a las protestas, a repartir volantes, enamorada por “su bigote recortado en stetika” y su loción Calvin Klein.

Expuestos al caos de la inseguridad, el consumo y las calamidades urbanas, Lourdes y Jorge, finalmente, deciden que su amor no será ahogado por los granaderos, los anuncios comerciales ni la policía represiva.

El poemario de Arnulfo Vigil, publicado por la editorial Porrúa, ya fue traducido al inglés. Fue puesto en escena por primera vez en esta ciudad y será presentado próximamente en Saltillo, Zacatecas, y en San Luis Potosí.

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