Iron man 2

domingo, 9 de mayo de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 9 de mayo (apro).- El encanto terminó: el marketing y las necesidades comerciales de Hollywood arrebataron el carisma y la frescura del genial Tony Stark (Robert Downey Jr.) y su alter ego, Iron Man, en esta segunda entrega.

El descaro de Stark se volvió aburrido, su conflicto con el villano es débil, y la tensión y la magia que existía entre nuestro protagonista y su secretaria Pepper Potts (Gwyneth Paltrow) parecen haberse esfumado, y de sus restos sólo queda un trámite aburrido.

En Iron Man 2 (EU-2010), de John Favreau, aparece un criminal y científico ruso llamado Ivan Vanko (Mickey Rourke), resentido debido a que su padre, también un científico, argumenta que su vida fue destruida por el papá de Tony Stark, quien le robó parte de su trabajo.

El viejo amargado muere y su hijo Iván se apresura a construir un reactor de energía casi idéntico al que usa Stark y, además, crea unos látigos de energía con los cuales pretende humillar a Iron Man.

Por su parte, el magnate Stark es toda una figura mediática, prácticamente un rockstar, lo que significa que anda más excéntrico que nunca. Prácticamente nadie lo aguanta.

Y, por si fuera poco, el gobierno de Estados Unidos quiere que Stark ceda la tecnología con la que funciona Iron Man, bajo el pretexto de que muchas naciones podrían desarrollar un arma similar, lo que supondría que EU tiene que estar preparado para cualquier eventualidad.

A lo anterior, habrá que agregar un importante secreto que Stark esconde.

Rourke, Paltrow y Downey están sumamente desperdiciados, aunque se entiende que no es su culpa. Pero quienes sí son bastante grises son Samuel L. Jackson, quien aparece en unas cuantas escenas como Nick Fury, y sobre Scarlett Johanson (una agente que trabaja para una organización llamada SHIELD), cualquiera pudo haber hecho su papel; estos últimos jugarán un rol importante en la próxima película de súper héroes llamada The Avengers.

La trama de Iron Man 2 se siente precipitada y sosa; todo se resuelve muy rápido y la fuerza dramática brilla por su ausencia, e incluso nos quedan a deber buenas escenas de acción. Y, pues… no sólo se vive de efectos especiales.

 

cvb

--FIN DE NOTA--

 

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