WASHINGTON, 23 de junio (apro).- El gobierno del presidente Barack Obama anuncio que fortalecerá la vigilancia aérea en la zona limítrofe con México, para lo cual utilizará dos nuevos aviones a control remoto, que se encargarán de recorrer varios sectores de la frontera sur del estado de Texas y toda la región de la costa del Golfo de México.

En un comunicado de prensa, la Casa Blanca informó que “el Servicio de Aduanas y Control de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés) recibió la aprobación de la Dirección Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en ingles) para un certificado de autorización que permitirá el uso de un Sistema de Aeronaves a Control Remoto”.

El fortalecimiento de la vigilancia en la frontera con México se enmarca en el pedido de otros 500 millones de dólares que esta semana hizo al Congreso el presidente Obama, con el que busca contar con más agentes de la patrulla fronteriza y aduanas, así como con mejor tecnología para contener no sólo el flujo de inmigrantes indocumentados y drogas que circulan de sur a norte, sino también el flujo de armas y dinero (de Estados Unidos a México) procedente de la venta de los narcóticos.

En el caso de los aviones a control remoto que estarán a cargo del CBP, la Casa Blanca señaló que una de las aeronaves se ubicará en la Base Aérea de la Marina en Corpus Christi, Texas, lugar que podría ser la estancia permanente de este equipo de vigilancia militar que Estados Unidos usó, durante la guerra contra Irak, como aparato de espionaje y ataque con misiles.

“Tenemos el compromiso de continuar mejorando la cooperación con nuestros socios, mientras seguimos instrumentando estrategias firmes, inteligentes y eficaces a lo largo de nuestras fronteras y en toda la nación”, declaró Janet Napolitano, secretaria de Seguridad Interior del gobierno de Obama, al dar a conocer los detalles del nuevo proyecto de vigilancia en la frontera con México.

Napolitano, quien fue al Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Washington (CSIS, por sus siglas en inglés) para dar los detalles del programa fronterizo, insistió en que el gobierno estadounidense continuará trabajando con el de México para contener las amenazas que enfrentan los dos países, sobre todo en la región fronteriza.

La secretaria de Seguridad Interior subrayó que las agencias federales encargadas de vigilar las fronteras establecerán pactos con los gobiernos locales y estatales de la frontera sur, para ampliar las capacidades de compartir información y tecnología, ello con el propósito de combatir al contrabando y darle prioridad al arresto y deportación de criminales extranjeros peligrosos.

Con el presupuesto adicional que pidió el presidente Obama al Congreso, su gobierno pretende movilizar un mayor número de agentes en la frontera con México, además de desplegar a mil 200 integrantes de la Guardia Nacional a la zona limítrofe.

La Casa Blanca enfatizó que el envío de los soldados de la Guardia Nacional a la frontera con México tiene la finalidad de contribuir a los trabajos de vigilancia que ya se realizan para combatir a la violencia que generan los cárteles del narcotráfico mexicano.

El presupuesto adicional por 500 millones de dólares que solicitó Obama también cubriría el costo del establecimiento de una nueva alianza con la Asociación de Jefes de Policía de Ciudades Grandes, a fin de lograr un pacto entre agencias de la frontera sur; además, permitir que las agencias con leyes estatales y locales que no estén ubicadas en la frontera envíen personal para mejorar la vigilancia en esa región fronteriza.

El Departamento de Seguridad Interior creará un sistema de intercambio de información especial que pueda hacer funcionar tanto el pacto como la alianza entre las agencias federales, locales y estatales.

“Esto ayudará a los agentes de la ley a reconocer y mantenerse al tanto de incidentes relacionados con actividades criminales de narcotraficantes y utilizar esta información para operativos específicos de la ley en ambos lados de la frontera”, explicó el Departamento de Seguridad Interior.

El pedido presupuestal del presidente Obama establece la contratación de otros mil agentes de la Patrulla Fronteriza y varios cientos de agentes de aduanas, que utilizarán los recursos aéreos y de tecnología en la frontera sur del estado de Arizona para realizar operativos específicos contra los cárteles del narcotráfico que operan en el sector de Tucson.

Asimismo, en coordinación con la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas de la Casa Blanca, el Departamento de Seguridad Nacional se encargará de instrumentar el Proyecto Roadrunner, que se enfoca en la lectura de matrículas vehiculares.

En este mismo tenor, se pretende fortalecer el trabajo de arresto y deportación a México de personas relacionadas con el trasiego de drogas.