Águeda Lozano en el Museo de Antropología

domingo, 27 de junio de 2010 · 01:00

MÉXICO D.F., 23 de junio (apro).- Bajo el titulo Dos tiempos, el mismo espacio, la artista mexicana Águeda Lozano, radicada en París desde 1971 –lugar donde una escultura suya está colocada en la Plaza México del barrio de Passy, muy cerca de la embajada azteca--, expone actualmente 14 pinturas y seis esculturas en el Museo Nacional de Antropología e Historia, en la Sala correspondiente a las Culturas Indígenas de México.

La curaduría estuvo a cargo de Diana Magaloni, directora del museo, y la museografía fue realizada por Rafael Valverde, quienes se encargaron de ofrecer una propuesta donde las piezas de la artista se mezclan con  artefactos de madera, vasijas antiguas del suroeste de Estados Unidos y figurillas de pericos de Paquimé, de los años 800 y mil 400 después de Cristo.

La obra de la artista contemporánea, quien trabaja la abstracción de manera personal, resalta una geometría orgánica y expresiva. Sus composiciones las realiza a partir de espacios cóncavos y convexos, líneas transversales y colorido vibrante. Sus esculturas, también de corte geométrico, resaltan por su movimiento y fuerza gestual, combinados con líneas puras y expresivas.

La combinación de  la refinada cerámica de la cultura Paquimé y la obra contemporánea crean en el espectador un viaje por el tiempo.

Águeda Lozano ha dicho:

“No resulta complicado hacer dialogar obra temporal y espacialmente distinta. Esa tarea humana que llamamos arte contiene los mismos elementos, desde los primitivos hasta los contemporáneos, porque el arte no sabemos qué es. Es una tarea humana, sin objetivo, por lo que los argumentos siempre son los mismos: la emoción humana, la vida, la muerte, la maternidad, la pasión, etc.”

Además de que la artista  nació en la ciudad de Chihuahua (1944), resulta interesante conocer el desarrollo cultural del norte del México antiguo, a través de los restos de la ciudad de Paquimé, que llegó a tener alrededor de 3 mil 500 habitantes y resalta por su perfección arquitectónica, además de que mezclaba las técnicas constructivas de Mesoamérica y del gran Suroeste de Estados Unidos, así como su gran avance tecnológico y artístico, reflejado en el juego de pelota, en la elaboración de ornamentos de concha y su compleja cerámica, ahora elegida para dialogar con la obra de Lozano.

La muestra podrá visitarse hasta el mes de junio en Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec, Ciudad de México.

 

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