El complot de Margot Fonteyn con apoyo de Fidel Castro (I)

domingo, 27 de junio de 2010 · 01:00

MÉXICO, D.F., 27 de junio (apro) (Primera parte).- Según documentos desclasificados de los Archivos Nacionales Británicos, Margot Fonteyn, una de las más famosas bailarinas inglesas del siglo XX, estuvo implicada en una trama revolucionaria para derrocar al gobierno de Panamá en los años 50.

Fallecida en 1991, precisamente en Panamá, Fonteyn se casó en 1955 con Roberto Arias, un antiguo enviado a Reino Unido, hijo de un expresidente panameño, periodista del jet set y playboy.

La bailarina tenía entonces 39 años y estaba en lo más alto de su fama como “prima ballerina” del Royal Ballet de Londres. Un año después recibió, de manos de la reina Isabel II, el título de “Dama”. En 1961, al formar pareja artística con el célebre Rudolf Nureyev, logró consolidarse por cerca de 10 años más en la primera fila de la danza mundial.

De acuerdo con los documentos desclasificados, ella y Arias viajaron a Cuba en 1959, en busca de apoyo del líder revolucionario Fidel Castro. Fonteyn fue arrestada por las autoridades panameñas en abril de 1959, después de que su marido pusiera en marcha el golpe de Estado (que fracasó) con la ayuda de 125 revolucionarios cubanos.

Siguiendo estos archivos de Kew (oeste de Londres), Fonteyn confesó al entonces canciller británico, John Profumo, que se había entrevistado con Castro y que había tomado parte en una misión destinada a reunir armas y rebeldes en un yate en el mar, para concretar la invasión de Panamá.

El gobierno británico consideró el comportamiento de Fonteyn como "censurable e irresponsable". Ella tenía 39 años y ya era una famosa bailarina cuando fue arrestada e interrogada en una prisión panameña, en abril de 1959. El incidente fue centro de atención mundial. Y si bien con el fracaso del golpe de Estado en Panamá contra el presidente Ernesto de la Guardia, Fonteyn terminó en prisión, fue liberada gracias a la intervención de oficiales diplomáticos británicos.

“Sabía que su marido traficaba armas, que estaba acompañado de rebeldes, y en un momento utilizó su yate, simulando un viaje de placer, para despistar a los botes y aviones del gobierno de la dirección que su marido estaba tomando”, señala un pasaje de los documentos. Además, los archivos revelan que, a su regreso a Londres, Fonteyn fue invitada por el Ministerio de Exteriores a contar su historia a John Profumo, el entonces ministro inglés, que unos pocos años después se vio envuelto en un gran escándalo con la escort (acompañante) Christine Keeler, que luego se conoció como “el caso Profumo”.

“Castro prometió ayuda a su marido (Arias) en su objetivo de derrocar al régimen existente en Panamá --narró Profumo en uno de los documentos, precisando que la ayuda incluía “armas y hombres”, entre ellos 125 revolucionarios cubanos--. Tuve que pellizcarme varias veces durante su visita para estar seguro de que no soñaba la historia de película que ella me estaba contando”, dijo Profumo.

Y es que el caso se conoció entonces, pero no había sido confirmado oficialmente. Fonteyn afirmó que “Castro estaba detrás del golpe”.

Profumo admitía entonces que le costaba creer que no estaba soñando ante la "historia de opereta" que escuchaba de la bailarina. Fonteyn le contó que ella y su marido se entrevistaron con Castro después de viajar a Cuba, a principios de 1959, cuando ya había triunfado la revolución comunista.

“La señora Margot me aseguró que durante la visita a Cuba en enero, Castro le prometió ayuda a su marido, con armas, para derrocar al régimen de Panamá. Ella parecía confusa sobre el alcance de la ayuda ofrecida porque, como ella señaló, las conversaciones se desarrollaron en español, pero estaba segura de que la ayuda incluía tanto armas como hombres”, asentó Profumo en los documentos.

La bailarina le hizo saber que su marido “estaba dispuesto a ir lejos para ayudar a la gente de Panamá”, y le aseguró que Arias no tenía intención de nacionalizar el Canal de Panamá (en poder de Estados Unidos) ni quería ser presidente, porque “le disgustaba la idea de vivir permanentemente en Panamá”. Además, Fonteyn le contó que para su marido era "sumamente costoso" pagar todo el armamento para la operación, que no se detalla cómo fracasó.

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