Exeperristas podrían estar detrás del plagio de "El Jefe" Diego: Jorge Lofredo

martes, 14 de septiembre de 2010 · 01:00

México D. F., 14 de septiembre de 2010 (apro).- Ante el último comunicado de los “misteriosos desaparecedores” que tienen secuestrado a Diego Fernández de Cevallos desde el 14 de mayo pasado, el especialista en guerrilla latinoamericana  Jorge Lofredo consideró que si estuviese detrás de ese plagio algún grupo armado ese podría ser Tendencia Democrática Revolucionaria-Ejército del Pueblo (TDR-EP) una de las corrientes que formaron el Ejército Popular Revolucionario (EPR).

            El encargado del Centro de Documentación de los Movimientos Armados (CEDEMA) que se encarga de dar seguimiento a las publicaciones de los movimientos insurgentes en toda América Latina sin embargo, señaló en breve entrevista, que no cree que la guerrilla esté detrás de este plagio porque no tiene la estructura y la capacidad para hacerlo.

            “Pero si lo estuviese, habría que mirar -de las conocidas- a TDR que públicamente reivindica el secuestro como método y de hecho reivindicó haberlo consumado con anterioridad”, señaló al mencionar un caso de plagio en el Estado de México.

            “Además está en silencio, muy extraño en ella, desde hace más de un año, luego de concretar una coordinación con otros grupos escindidos del EPR”, subraya Lofredo al recordar que junto con otros grupos que forman La Coalición Revolucionaria (CR), considera válido secuestrar empresarios para financiar sus actividades, pues consideran que toda gran fortuna está cimentada en el crimen.

            TDR-EP surge como una escisión del Ejército Popular Revolucionario (EPR) en agosto de 1999, y se encuentra a la cabeza de un grupo de comandos guerrilleros de índole estatal como son el Movimiento Revolucionario Lucio Cabañas Barrientos (MR-LCB), la Organización Insurgente 1 de Mayo (OI-1º M), la Brigada de Ajusticiamiento 2 de Diciembre (BA-2D). Tiene presencia en estados como Hidalgo, Guerrero, Oaxaca, Michoacán, Estado de México, Morelos , Veracruz y Guanajuato,

            En algunas ocasiones TDR-EP ha dicho también que  avala prácticas similares de grupos como las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), que allá cobra impuestos a narcotraficantes y corporaciones multinacionales.

            En entrevista, Lofredo señala que los comunicados de los secuestradores de Diego Fernández de Cevallos y los de este grupo tienen un lenguaje “muy similar”.

            “El último correo de los ‘misteriosos desaparecedores’ tienen un contenido político muy evidente”. Sin embargo, precisa que todo puede recaer en un elemento distractor, porque el contenido político no necesariamente conlleva a una organización político-militar.

            Al final Lofredo manifiesta que no tiene elementos para dar una postura determinante sobre los autores del plagio del político mexicano, porque observa que aún todo es muy confuso y acepta la posibilidad de que la elaboración del boletín usando un lenguaje parecido al de la guerrilla mexicana puede tener precisamente esa intensión de desviar la atención y crear confusión.

           “Si y de hecho es altamente probable que exista esa posibilidad de enmascarar el lenguaje y el discurso para correr el eje de la responsabilidad hacia una organización con características políticas o político-militares. Por supuesto que una organización que guarda una cierta forma en sus comunicados evitará reproducirla en esta circunstancia, si es que pretende no ser reconocida como autora de la misma, lo que también es una probabilidad”.       Pero agrega: “Aunque también a la inversa: es una organización que está intentando darse a conocer, manejando los tiempos y crear el vacío informativo primero para luego alcanzar un máximo de intensidad publicitaria”.

           Inclusive menciona  otro elemento que no puede ser descartado completamente, aunque precisa que no está seguro en este caso en particular. Este es el de la "subcontratación" de grupos especializados en acciones de esta especie por parte de grupos políticos o político-militares.

          “Esto llevaría a un debate más profundo sobre la financiación de la guerrilla, sus medios y métodos para obtener sus pertrechos, su infraestructura, su posicionamiento político y su legitimidad”.

           Finalmente menciona la presunta existencia de una especie de organización política, recluida completamente en el anonimato como estrategia, que tenga la suficiente capacidad como para llevar a cabo y mantener retenido a una persona pública como Diego Fernández de Cevallos.

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