Nueva ola de políticos, cínicos y hambrientos de dinero: Sandoval Íñiguez
MÉXICO, D.F. (apro).- La criminalidad en México es ejercida desde todos los niveles de gobierno, cuyos representantes se aprovechan del cargo “para consumar grandes latrocinios y desfalcos a la nación sin que les pase nada”.
Así lo afirma el arzobispo de Guadalajara, Juan Sandoval Iñiguez, en la edición 768 de El Semanario, publicación de la arquidiócesis tapatía, que se distribuirá el próximo domingo 23.
De acuerdo con el polémico cardenal, en el país opera una nueva ola de políticos cínicos y hambrientos de dinero, responsables de que el pueblo busque “venganza” contra ellos a través del crimen organizado.
“Al parecer, la nueva ola de políticos llegó con hambre de dinero, y como no hay castigos, pues adoptan una actitud cínica porque se pasean libremente, van de un puesto a otro o aspiran a cargos más altos sin que nadie pueda hacerles algo. Estas personas, que tienen en sus manos la riqueza del país, terminan riéndose de sus fechorías y del pueblo, frente al cual actúan impunemente”, puntualiza.
Sandoval Iñiguez afirma que hoy por hoy “hay un gran desorden en nuestra patria, que proviene desde arriba y desemboca hasta abajo”.
Ese desorden, apunta, no sólo se refiere al tejido social y económico, sino que también incluye la vida privada de muchos ciudadanos católicos.
Asimismo, apunta que pese a que existen las leyes, “éstas son imperfectas y han sido rebasadas por la realidad, puesto que por tantos actos criminales y el desorden imperante, actualmente se requieren reformas urgentes a dichas leyes, y quienes pueden hacerlo, los legisladores, apenas si pretenden ajustarlas, con una lentitud desesperante, mientras continúan las calamidades, y la delincuencia, en muchos casos, goza de impunidad, y eso genera desorden”.
El cardenal asegura que no sólo los políticos abusan del pueblo con total impunidad, también –dice– “hay empresarios y comerciantes de grandes vuelos que abusan del pueblo, porque venden servicios y productos a precios de primer mundo, cuando los sueldos en México son del tercero o cuarto”.
Según el arzobispo de Guadalajara, los que han sido injustamente maltratados y agraviados buscan venganza a través de lo ilícito, y dentro del crimen organizado, añade, “quieren tener lo que la sociedad les ha negado de manera ordenada y pacífica mediante un trabajo honesto que, en primer lugar, es difícil de obtener y, en segundo, en muchas ocasiones es pagado con sueldos de hambre y miseria”
El prelado afirma que “la justicia es una condición para que reine la paz, y esa no se da”.
Quienes dirigen el país, agrega, tienen la solución para reconstruir la paz social, pero también la tienen “los líderes sociales en el campo del pensamiento, así como líderes de la economía, los grandes empresarios”.