NUEVO LAREDO, Tamps., 3 de febrero (apro).- Manuel Farfán Carriola, director municipal de Seguridad Ciudadana llevaba 33 días en el cargo. General brigadier retirado había terminado de trabajar y abandonó su oficina.

Eran alrededor de las 23 horas de ayer miércoles. A diez cuadras del edificio de Seguridad Pública, un grupo armado interceptó el vehículo y lo acribilló. Lo acompañaban cuatro escoltas, dos de ellos fallecieron, los otros dos quedaron heridos.

El gobierno de Tamulipas y la autoridad municipal no han informado nada sobre los asesinatos.

El lunes, el gobernador Egidio Torre ­había declarado que como estrategia contra el crimen organizado, estaba colocando a mandos militares en las Secretarías de Seguridad Pública municipales.

Farfán había sido destituido en diciembre de la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito de Michoacán, tras una rebelión de policías.

En septiembre de 2009, había renunciado a la Dirección de Seguridad Pública y Tránsito Metropolitana de Cuernavaca, Morelos, luego del clima de tensión generado tras el asesinato de dos comandantes que acudieron sin armas a un asalto.

A pesar de estos antecedentes, el alcalde de Nuevo Laredo, el priista Benjamín Galván, sostuvo a mediados de enero que Farfán contaba con certificación para ocupar el cargo y que estaría a prueba durante tres meses.

En este mismo municipio, el martes fue levantado un grupo de padres de familia y al menos 17 menores de edad (presumiblemente sus hijos) fueron abandonados en horas de la madrugada.