Zona Maco 2011

miércoles, 13 de abril de 2011 · 01:00
MÉXICO, DF., 13 de abril (Proceso).- Fortalecida por la presencia de cuatro galerías de alto rango en la jerarquía del mainstream –Lisson, Hauser&Wirth, Zwirner y Eigen+Art–, la edición 2011 de Zona Maco, si bien destacó como un proyecto comercial en crecimiento, también evidenció la percepción que tiene el mercado internacional respecto a los compradores mexicanos: alto potencial económico y bajo nivel de exigencia artística. Interesante en la sección de Galerías, insignificante en la oferta de nuevas propuestas, y dispareja en la calidad de los proyectos incluidos en la sección curada de Zona Maco Sur, la feria inaugurada el pasado miércoles 6 de abril en el Centro Banamex de la Ciudad de Mexico, destacó principalmente por los precios de las obras: 950 mil libras esterlinas (aprox. 18 millones 249 mil 500 pesos) por un disco de mediano formato de Anish Kapoor en la Galería Lisson; 950 mil dólares (aprox. 11 millones 400 mil pesos) por una pieza temprana de Neo Rauch en la Eigen+Art; 400 mil dólares (aprox. 4 millones 800 mil pesos) por un Lisa Yuskavage en la Zwirner; y 130 mil dólares (aprox. un millón 560 mil pesos) por una fotografía de Thomas Ruff en la Johnen de Berlín. Moderados con respecto a lo que se vende en ferias como Art Basel, los precios correspondieron a una participación autoral digna, representativa,  modesta y sin piezas emblemáticas: una pequeña y simplona escultura de Paul McCarthy, un efectista retrato de Obama realizado por Yan Pei-Ming, una dulzona video-instalación de Pipilotti Rist, algunas amables y aburridas acuarelas del abyecto Martin Eder, un sencillo dibujo de Ghada AMER, dos irrelevantes objetos pictóricos de Angela de la Cruz. Notorios por su ausencia en la feria, destacaron las pinturas características de Neo Rauch (Zwirner, Eigen+Art); Tim Eitel (Eigen+Art); Anton Henning (Arndt); Tomma Abts, Marlene Dumas, Daniel Richter y Luc Tuymans (Zwirner). Altamente cotizados en el mercado internacional, su ausencia en México revela que la apuesta de las galerías fuertes del mainstream consiste en expandir su mercado ofertando productos menores. En lo que respecta a las Nuevas Propuestas, la selección careció de riesgo y sorpresas creativas. En el contexto de México, lo más destacable fue la instalación escultórica de carácter relacional realizada por Fritzia Irizar para la Galería Talcual: un bloque de sal que, jugando con los significados religiosos y mágicos del mineral, podía ser rasgado por el público para comprar la sal con un costo basado en su peso. Eficaz a la manera de un “comodín” que sirve tanto para integrar a manera de invitación a ciertos creadores y galerías como para emparentar la feria con el modelo de bienal, la sección curada por Adriano Pedrosa bajo el título de Zona Maco Sur osciló entre lo crítico y lo mediocre. En lo primero, la participación de la mexicana Marcela Armas y la colombiana Barbarita Cardoso. En lo segundo, las propuestas de Sandra Cinto y Jasmín López. Centrada en la bidimensión y con una lamentable ausencia de la provocativa escultura que se realiza en la actualidad –con excepción de Folkert de Jong en la Luis Adelantado–, la oferta de Zona Maco 2011 delató el conservadurismo del mercado mexicano.  

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