La marcha del 8 de mayo, el punto de quiebre

sábado, 30 de abril de 2011 · 01:00
Cada día más organizaciones se suman a la jornada por la paz que tendrá lugar el domingo 8 con marchas y protestas en más de 40 ciudades mexicanas y una veintena en el extranjero. La principal de esas muestras de inconformidad será la que parta de Cuernavaca y llegue al Zócalo capitalino. Pero a los organizadores del acto, entre ellos Javier Sicilia, les preocupa que las manifestaciones de inconformidad por los 40 mil muertos de la guerra contra el narcotráfico se consideren una protesta más. Es un movimiento ciudadano nacional, insisten, que culminará con la firma en Ciudad Juárez del Pacto por la Paz y la Reconstitución del País. MÉXICO, DF., 30 de abril (Proceso).- Antes de iniciar la marcha silenciosa por la paz y la justicia del domingo 8, los convocantes hacen una reflexión: 40 mil muertos en los últimos cinco años –uno cada hora en promedio–, más de 10 mil desaparecidos y miles de viudas y huérfanos están haciendo del país un camposanto… Javier Sicilia advierte: “Están convirtiendo a los mexicanos en seres mutilados del alma, que es una forma de la muerte”. Y denuncia que un mes después del asesinato de su hijo Juan Francisco y de otras seis personas en Cuernavaca, todavía no hay responsables detenidos, pese a la intervención del Ejército y las policías estatal y federal. Ante tal estado de cosas se reunieron Javier Sicilia; el exómbudsman capitalino Emilio Álvarez Icaza; la presidenta de Causa Común, María Elena Morera; el expresidente de México Unido Contra la Delincuencia Eduardo Gallo; el sacerdote Óscar Enríquez, del juarense Centro de Derechos Humanos Paso del Norte; el también sacerdote Alejandro Solalinde, del albergue oaxaqueño Hermanos en el Camino, y Julián LeBarón, quien encabeza un movimiento social contra el secuestro en Chihuahua. El propósito: definir los alcances de la marcha. Todos coincidieron en que ésta será el inicio de un movimiento nacional por la paz, la justicia y la reconstitución del país. “Para mí –dice Solalinde– esta marcha es la mejor oportunidad que hemos tenido frente a la situación grave que vivimos, para rehacer al país que va en picada y poner un alto a la violencia, la corrupción y la impunidad. La marcha significa que México se da una oportunidad.” Para Gallo, el acontecimiento será una catarsis para que la gente exprese su enojo, sus frustraciones y su desesperanza, y también un punto de quiebre para el movimiento ciudadano que exige soluciones a la inseguridad, el desempleo y la impunidad, y que quiere participar en la toma de decisiones. Extracto del reportaje que se publica en la edición 1800 de la revista Proceso, ya en circulación.

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