Violencia en México "ya tocó fondo", evalúa EU
CANCÚN, Q. Roo, 7 de abril (apro).- El subsecretario de Estado adjunto de la Oficina de Asuntos Internacionales de Procuración de Justicia y Narcotráfico del gobierno estadunidense, William Brownfield, sostuvo que la narcoviolencia en México “ya tocó fondo” y pronosticó que en los próximos años comenzarán a notarse los resultados positivos del combate a la delincuencia organizada.
En el marco de la 18 Conferencia Internacional de Combate contra las Drogas (IDEC), que hoy concluyó en este destino turístico, Brownfield destacó que, aunque pasarán algunos años para que “los ciudadanos de México y Estados Unidos” vean los resultados, “yo soy optimista, creo que probablemente tocamos fondo dentro del último año de esta crisis, y estoy personalmente convencido de que estamos en este momento mejorando la situación”.
No obstante, en rueda de prensa consideró que México debe aprender de la experiencia de Colombia:
“Cuando comenzamos con el llamado Plan Colombia, y dedicamos muchos recursos durante los primeros 3, 4 o 5 años, todo el mundo nos preguntaba dónde están los resultados”, y “la respuesta es que este tipo de colaboración toma su tiempo, hay que pensar no en cuestiones de días o semanas o meses, hay que pensar en años".
Resaltó que a México le llevó “20, 30 o 40 años para llegar a esta situación tan complicada y miserable, y vamos a necesitar unos años más para salir” del problema.
Por otra parte, en su intervención en el foro, reconoció que su país, el mayor consumidor de enervantes del mundo, equivocó la estrategia con la que atacó el problema del narcotráfico en las pasadas tres décadas.
En la conferencia Integración de un frente común contra la delincuencia organizada, el también exembajador de Estados Unidos en Colombia, Chile y Venezuela aceptó que su país gastó miles de millones de dólares, “y puedo decir que no pudimos, nos equivocamos”.
Rememoró que en 1979 “creíamos que el problema de las drogas podría enfrentarse como un problema de procuración e impartición de justicia. Creíamos que no se necesitaba una aproximación total del gobierno”.
“Estábamos equivocados”, lamentó.
Destacó que el problema debe atacarse desde varios frentes: económico, político, de seguridad, de salud, diplomático, social, educativo y cultural, y advirtió que si en las estrategias de combate no se involucran todos esos aspectos, “estamos condenados a fallar”.
Insistió en que hace tres décadas se tenía la idea de que el narcotráfico era como una cadena y, si se le quitaba uno de sus eslabones, se terminaba el problema, pero la teoría fracasó porque los carteles demostraron que podían reemplazar esa pieza.
Globalización del narco
Advirtió que los narcotraficantes cambian constantemente sus formas de operar, lo que obliga a los gobiernos a modificar sus estrategias de combate.
Brownfield hizo un llamado a los países asistentes al evento para que observen mejor el comportamiento de los grupos criminales que hoy combaten pues, destacó, a diferencia de cómo estaban estructurados en la década de los ochenta, los cárteles ya no están integrados verticalmente, ni tienen sus bases en un determinado país, más bien su operación “se ha globalizado”.
Estas organizaciones, aseguró, están a la vanguardia en tecnología y, en ocasiones, están mejor equipadas que las autoridades, “utilizan negocios lícitos para poder efectuar sus operaciones, son flexibles, cambian sus tácticas, sus rutas, sus medios de transporte y sus mecanismos”.
Además, “la forma en que operan hoy es diferente a cómo operaban el mes pasado y diferente a como lo harán en el futuro”.
Así mismo, resaltó los nexos que han tejido los narcotraficantes con grupos extremistas, y al respecto aseguró que “dos de las más grandes organizaciones vinculadas con el narcotráfico son conocidas como Al Qaeda y Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia” (FARC).
“'No estoy diciendo que la única razón de existir de estas dos organizaciones es el tráfico de drogas, pero sí digo que ya no se puede separar a estas organizaciones políticas e ideológicas del tráfico de drogas'', acusó el funcionario estadunidense.
Luego aceptó la obligación de Estados Unidos de trabajar en la reducción del consumo de drogas, sin embargo, rechazó que la legalización de éstas sea una opción.