Las carreteras torcidas de Peña Nieto
Enrique Peña Nieto la promueve como la autopista más importante de México. Y lo es... para la constructora española OHL y para los empresarios nacionales que se beneficiarán con la tierra aledaña al Circuito Exterior Mexiquense. Y lo es también para el gobernador del Estado de México, que pretende usarla como vía rápida a sus objetivos político-electorales, toda vez que las campañas en la entidad comienzan este domingo16. Sin embargo, para numerosos ejidatarios esa carretera no ha hecho más que condenar a la desaparición a numerosos ejidos y mutilar alcaldías cuyos habitantes no recibirán ningún beneficio.
TOLUCA, MÉX., 14 de mayo (Proceso).- Julio Sánchez Durán, presidente del comisariado ejidal de Tultepec, observa desde una loma la planicie de las más de 500 hectáreas del ejido ubicado en el municipio del mismo nombre.
“¡Mire la autopista! Echó a perder todas las tierras de nuestro ejido, arruinó nuestras cosechas. Fue como una maldición que nos cayó”, se lamenta don Julio y señala la brillante franja de asfalto de 3 kilómetros que cruza raquíticos maizales y alfalfares.
Este es sólo un pequeño tramo del Circuito Exterior Mexiquense (CEM), la autopista de cuota que circunda el norte de la Ciudad de México del poniente al suroriente, hasta los límites con Morelos. La construye el gobernador mexiquense Enrique Peña Nieto, quien la publicita como la obra más importante del país.
Don Julio prosigue: “Al principio vino gente del gobierno del estado y de la constructora. Nos avisaron que iban a tender una autopista por nuestro ejido, que nos iban a indemnizar y a pagar todos los daños pero pasó el tiempo… y nada. Sólo nos decían: ‘Ya mero les pagamos, ya mero’. Construyeron su tramo de autopista, después vino el gobernador Peña Nieto a inaugurarlo y a pararse el cuello. Pero a los ejidatarios nunca nos pagaron por tanto perjuicio que nos trajo”.
Extracto del reportaje que se publica en la edición 1802 de la revista Proceso, ya en circulación.