Limpia de agentes en la ATF ante pesquisas por "Rápido y furioso"
MÉXICO, D.F., 17 de mayo (apro).- El Buró de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos de Estados Unidos (ATF, por sus siglas en inglés) reemplazó a sus principales agentes en su oficina de Phoenix, Arizona, luego de que el Congreso de Estados Unidos abrió un nuevo frente de investigación en torno del operativo “Rápido y furioso”, que presumiblemente permitió el ingreso deliberado a México de casi 2 mil armas.
De acuerdo con información difundida por la cadena de televisión CBS en su sitio web, el único medio que le ha dado seguimiento a ese asunto, la titularidad de la oficina recaerá en Tom Brandon, en sustitución de Bill Newell –reasignado a Washington–, después de que la ATF fue acusada de permitir el presunto tráfico supervisado de armas a México.
Entre los nuevos mandos también figuran las siguientes personas: Joe Anarumo y Tom Atteberry, en sustitución de e George Gillett y Jim Needles, quienes siguieron de cerca la operación.
No obstante, la televisora aseguró que los reemplazos en Phoenix no indican que los agentes hubieran cometido algún ilícito y mucho menos que constituyan una medida disciplinaria, pues la investigación interna sobre el caso aún no termina.
Dentro de la oficina de ATF en Phoenix, otros de los reemplazos, según los informantes de CBS, incluyen a dos agentes de campo, David Voth y Hope McAllister, quienes estuvieron directamente al mando de la citada operación entre 2009 y 2010.
Según la Asociación Nacional del Rifle (NRA, por sus siglas en inglés), la operación “Rápido y furioso” fue un montaje de la propia ATF para crear un "río de armas" hacia México, a fin de probar que muchas de las armas utilizadas por el crimen organizado provienen de Estados Unidos.
De su lado, el Congreso de EU abrió un nuevo frente de investigación para fincar responsabilidades por haber permitido el tráfico vigilado de armas a México a través del mencionado operativo.
Investigadores de distintos comités senatoriales se trasladaron a Phoenix para seguir con las pesquisas en la ATF, que en esta ocasión incluirán a tiendas de armas que presuntamente fueron reclutadas por la agencia como parte de la fallida estrategia.
Representantes de las oficinas de los senadores republicanos Charles Grassley y Darrell Issa se pusieron en contacto con los dueños de al menos dos armerías de Arizona, "J&G Gun Sales" y "Lone Wolf", para informales que esta semana serían interrogados sobre el caso.
Desde principios de 2010, algunos de los dueños de armerías que participaban en el programa "Rápido y furioso" manifestaron su preocupación sobre el destino que podrían tener las armas que vendían a traficantes vigilados.
Sin embargo, según documentos revelados, los mismos oficiales de la ATF los alentaron para seguir adelante con la fallida operación durante varios meses.
Como resultado, miles de armas fueron introducidas de manera ilegal a México, y algunas de ellas aparecieron en escenas de varios crímenes, entre ellas la del asesinato del agente de la Patrulla Fronteriza, Brian Terry.
Hasta el momento, el asistente del fiscal general para la División Criminal, Lanny Breuer, es señalado como el único funcionario de alto nivel que autorizó alguna de las acciones de "Rápido y furioso".
Ante la falta de cooperación por parte de las agencias involucradas en el caso, como la ATF y el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la Cámara de Representantes advirtió a la agencia que podría acusarla de desacato, luego de no cumplir con los emplazamientos obligatorios para entregar documentos sobre la operación.
El operativo "Rápido y furioso" fue revelado en marzo pasado por la cadena CBS, al entrevistar a un agente de la AFT, quien relató que sus superiores ordenaron en 2009 que las oficinas de Arizona permitieran que contrabandistas adquirieran armas a prestanombres con la intención de conocer su destino final en México.