JUCHITÁN, Oax. (apro).- En el quinto día de recorrido por el sur, cientos de istmeños que recibieron a la Caravana por la Paz exigieron al gobierno de Felipe Calderon cambiar la estrategia de guerra contra el narcotráfico y canalizar mayores recursos a programas sociales, así como entender la “tragedia del sur”
En el acto celebrado a un costado del Palacio de Gobierno de Juchitán, Javier Sicilia agradeció a los juchitecos la generosidad de su bienvenida con una orquesta de música compuesta casi en su mayoría por mujeres.
"Nosotros trabajamos por la paz y la no violencia, apoyamos al SME en su decisión de levantar su plantón en el Zócalo para que se realice el Grito el 15 de septiembre", dijo el poeta al concluir el mitin y pedir un minuto de silencio por las miles de víctimas de la guerra contra el narcotráfico.
En su mensaje, Sicilia denunció que por causa de la corrupción México vive el desgarramiento de la sociedad y la descomposición de las instituciones, lo que, a su juicio, ha creado un cado de cultivo para el surgimiento del poder del crimen organizado, una de cuyas víctimas son los inmigrantes.
"Ya no hay lazos confiables entre autoridades y ciudadanos, por eso ha fracasado la estrategia de Calderón. El talón de Aquiles del sistema de justicia es la corrupción. Esto acabará cuando los ciudadanos se unan reconociendo diferencias y recuperen la confianza perdida por la corrupción" manifestó el poeta.
Afirmó que las próximas elecciones se realizarán sin que el poder político pueda detener al crimen. "Por eso los ciudadanos deben regresar el honor al país. Es el amalgama que puede unificar a la Nación y el país recuperar su rostro", agregó.
A su vez el sacerdote Alejandro Solalinde señaló que la violencia se ha apoderado de la sociedad y pidió a los asistentes no repetir más estos actos en su vida cotidiana.
"Tenemos que luchar por una sociedad igualitaria, tenemos que ser hermanos, luchar por ser gente solidaria", pidió a la concurrencia.
Por su parte, miembros de la Organización Social de Rescate de los Istmeños, se pronunciaron por la unidad y la paz; dijeron que no se acabará la guerra matando a los criminales, sino abatiendo el hambre y la pobreza; la impunidad y la corrupción.
Julián Lebaron, al integrarse a la caravana después de participar en un encuentro en Canadá y con el Dalai Lama, habló del miedo "que está amarrado en el pescuezo y no nos deja en libertad”.
"Si vamos solos, vamos como limosneros, pero nadie nos puede humillar sin nuestro consentimiento. Les pido que se unan. El camino hacia la paz es a través de la compasión y entender que nuestros intereses personales están conectados con los demás. Somos 112 millones de personas y si nos unimos nadie nos puede parar", manifestó.
En Oaxaca, a diferencia de Guerrero o de los estados del norte, la mayor parte de las denuncias fueron por actos de injusticia, impunidad, despojo de tierras, corrupción y represión a los movimientos sociales, indígenas, campesinos y contra inmigrantes centroamericanos.
Pero las víctimas de la guerra contra el narcotráfico unieron sus historias con aquellos que perdieron a sus seres queridos en la violencia histórica institucionalizada.
"Somos permanentemente damnificados de la mafia política, del uso faccioso del poder", manifestaron los miembros de este grupo civil por la paz de la región juchiteca.
Antes de llegar a esta ciudad, en la entrada de Tehuantepec, la caravana fue recibida por el obispo retirado Arturo Lona Reyes, quien destacó la labor pacífica del poeta Javier Sicilia al frente del movimiento de paz.
"Que Dios los proteja", pidio el obispo Lona, uno de los primeros jerarcas de la Iglesia católica que estuvo al lado de las luchas indígenas y campesinas de la región; asimismo, pionero en los albergues de migrantes.
Sicilia dio las gracias a Lona, que forma parte de aquella generación de obispos comprometidos con los pobres: Samuel Ruiz, Bartolomé Carrasco o Sergio Méndez Arceo, entre otros.
"Gracias monseñor, usted es importante en las luchas sociales, a pesar de que fue amenazado nunca dejó de apoyar a la gente", respondió Sicilia ante cientos de personas que acompañaron a Lona Reyes.
Antes de llegar a Juchitán miembros de la Coalición Obrero Campesino Estudiantil del Istmo de Tehuantepec (COCEI) detuvieron por varios minutos a los 15 autobuses de la caravana, en protesta porque el poeta Javier Sicilia no habló con ellos en medio de la carretera, sin tener un acuerdo previo.
Con autos bloquearon el camino hasta que lograron tener un encuentro con el movimiento de paz en Juchitán.
Por la tarde en esta última ciudad la caravana realizó una marcha por las principales calles hasta llegar al zócalo, donde una banda de música recibió a los integrantes del movimiento, entre ellos un grupo de familiares de víctimas de Nuevo León, Sonora, Jalisco, Morelos, Estado de México, Chihuahua, Guerrero y Veracruz, entre otras entidades.
Amanda Fuentes, originaria de Nuevo León, denunció a las autoridades de ese estado que se han "deshumanizado" y que desaparecieron a su hijo hace dos años. Los responsables, dijo, fueron policías a bordo de las patrullas 538 y 540 de Monterrey.
En medio del silencio de todos los asistentes, pidió a los asistentes que se unan, que tomen conciencia y levanten cabeza, para que no se repitan más historias como la suya. "No quiero que mañana uno de ustedes esté aquí arriba presentando su caso", exclamó en medio del llanto.
En su oportunidad, un estudiante de Juchitán dijo que entienden la tragedia de miles de muertes en el norte, pero pidió en nombre de la organización Vientos de Liberación del Istmo que también entiendan la tragedia de los pueblos del sur.
Unidad ecuménica
Hace 15 días se realizó una reunión en la iglesia católica de El Altillo, en Coyoacán, Distrito Federal, con representantes de más de 100 iglesias, la inmensa mayoría protestantes evangélicos, pentecostales, anglicanos, luteranos o metodistas, para sumarse al movimiento de paz.
Pietro D'ameglio, integrante del movimiento ciudadano indicó que ya se creó un grupo ecuménico o grupo de iglesias por la paz con justicia y dignidad, el cual a finales de septiembre realizará acciones por la paz.
Entre estas acciones anunció que se está planeando llevar a cabo una semana de ayuno, a partir del 27 de este mes.
Pietro manifestó que es muy importante la voz de las iglesias, lo mismo que la de las universidades con su parte académica, para parar la guerra. "Tienen un rol moral y una fuerza social que no ha sido usada en la proporción de la gravedad del problema en que estamos", agregó.
Asimismo, admitió que un ayuno no detendrá la guerra, pero sí sensibilizará y ayudará a hacer conciencia a los millones de fieles "sobre dónde está Dios en medio de esta catástrofe nacional”.