Freno a la violencia en el país, exige Sicilia en el Zócalo
MÉXICO, D.F. (apro).- Después de once días de recorrido por siete entidades del sur del país, la Caravana de la Paz arribó esta tarde-noche al Zócalo capitalino, donde aguardaban cientos de integrantes del movimiento urbano popular.
Frente a Palacio Nacional, Javier Sicilia pidió al gobierno de Felipe Calderón asumir los seis puntos del Acuerdo de Paz que presentaron los activistas el 8 de mayo pasado, entre ellos la creación de una Comisión de la Verdad, así como las leyes de víctimas y de Seguridad Nacional “con carácter ciudadano”.
Asimismo, el poeta demandó al crimen organizado detener la violencia:
"A los criminales les preguntamos: ¿Qué felicidad pretenden si sus cimientos se basan en la muerte? A los políticos, ¿cómo van a cuidar la casa llamada México si sus cimientos están basados en la indiferencia, en la violencia legalizada?", exclamó.
Enseguida agradeció a los caravaneros su capacidad de fuerza y sacrificio, así como su apoyo al cuerpo de seguridad, a los choferes de los autobuses, a las agrupaciones que dieron comida y refugio.
Luego de un minuto de silencio, advirtió a los “señores de la muerte y gobiernos corruptos” que "somos muchos y llevamos vivos el país que quieren destruir".
Destacó que las víctimas son producto del sistema económico y político que las ha despojado de tierras y cultura, a cambio de desempleo, pobreza y masacres como las de Acteal y Aguas Blancas.
En tanto que el crimen organizado ha llevado al extremo eso mismo con matanzas y desapariciones.
Frente a representantes de las organizaciones urbanas, el escritor señaló que las caravanas de la paz “visibilizaron la actual emergencia nacional”, y por ello exigió se tomen en serio las demandas del movimiento.
Los activistas, aclaró, "no tenemos poder, somos caña, hormiga, bajas colaterales, los despreciados que unieron al país en el dolor".
Al final del acto agradeció el apoyo de los ciudadanos y nuevamente hizo un llamado a la unidad y la solidaridad.
Por su parte, Martín Esparza, líder del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), indicó que los trabajadores también son víctimas de la violencia del Estado cuando se atreven a levantar la voz.
Recordó el despido de 44 mil electricistas, hace dos años, y denuncio que desde entonces han fallecido mil 200 trabajadores del SME e incluso han documentado algunos suicidios.
Informó que el pasado martes 13, el gobierno federal entregó el reconocimiento legal al SME y se comprometió a reintegrar a 15 mil trabajadores.
Van 521 casos de víctimas
En un balance de los casos recogidos a su paso por el sur del país, el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad destacó que se registraron 221 casos de víctimas de violencia generada por la “guerra contra el crimen organizado”.
Antes de iniciar la Caravana del Sur, el movimiento pacífico ya tenía un registro de 300 casos documentados de muertes, secuestros y desapariciones en varios estados del norte y centro del país.
Según el centro de documentación del movimiento encabezado por Sicilia, sumarían 521 los casos documentados de víctimas de la violencia, en los que en su mayoría hay responsabilidad de autoridades.
Al llegar a Puebla, sus integrantes llevaron a cabo una marcha más en la que exigieron escuelas, trabajo y hospitales, y nuevamente rechazaron la estrategia del gobierno de Felipe Calderón de combate al crimen organizado, así como la construcción de la escuela de la policía federal en esta ciudad.
Sin embargo, los poblanos manifestaron poco interés en la marcha y mitin de los integrantes de la Caravana por la Paz.
Pese a ello, a la plaza central acudió una representación de organizaciones sociales de la entidad, así como de Tlaxcala, quienes dieron la bienvenida a los integrantes del movimiento de paz.
En el zócalo de Puebla, la organización 28 de Octubre denunció que también en la entidad existe la violencia del crimen organizado y ofreció el apoyo total al movimiento ciudadano pacífico.
Sicilia agradeció el respaldo de las organizaciones y destacó que han sido once días “de duro recorrido”.
Luego, advirtió: “Se nos ha criticado mucho porque han hablado muchas organizaciones, cuando en la Caravana del Norte eran más víctimas”.
Desgraciadamente, lamentó, el discurso de las ONG “no se ha renovado, se ha anquilosado e ideologizado, y no refleja las nuevas víctimas del sistema, como son las de la guerra absurda del crimen organizado y del Ejercito”.
También deploró que este viejo discurso no hablé de cómo las nuevas víctimas son también producto del sistema económico que individualiza las ganancias. Mientras que el crimen organizado maximiza sus ganancias a costa de la gente, las drogas y el lavado de dinero.
En ese sentido, estacó que el problema no sólo es Calderón, sino el sistema económico y político que está generando el rompimiento del tejido social.
Y advirtió que no son soluciones la vía militar o una Ley de Seguridad Nacional que atiende más a las instituciones y no a la ciudadanía.
Es por ello que hizo un nuevo llamado a la unidad de los ciudadanos para repensar el discurso y organizarse ante la emergencia nacional.
Por la mañana, el poeta se pronunció por la creación de una comisión de la verdad que haga justicia a las familias afectadas por la guerra contra el crimen organizado.
Los testimonios
En rueda de prensa en Jalapa, Veracruz, pidió a la ciudadanía mayor solidaridad y agruparse en torno al Movimiento de Paz con Justicia y Dignidad.
Además, hizo un amplio reconocimiento a los integrantes de la Caravana, cerca de 600 personas, quienes llevan recorridos más de 3 mil 500 kilómetros por el sur del país recogiendo nuevos casos de víctimas y nuevas propuestas para un próximo encuentro con Calderón.
Por varios minutos, los veracruzanos vitorearon entre otros a Sicilia, así como a los activistas Julián LeBarón, Teresa Cardona, Araceli Rodríguez y María Herrera.
"¡Únete pueblo, únete!", gritaron los cientos de ciudadanos reunidos en el local del sindicato magisterial veracruzano, donde pernoctaron los activistas.
Los integrantes de la Caravana por la Paz agradecieron a los ciudadanos y a todas las organizaciones que en cada pueblo, en cada comunidad, en cada localidad ofrecieron seguridad, comida, agua y refugio.
En el encuentro con los medios se cuestionó a Sicilia si el movimiento ha disminuido su fuerza, a lo que éste respondió “que no es un movimiento de masas, como lo quiere ver y medir el gobierno, sin que se reconozca su fuerza moral”.
Sin embargo, reconoció que hay momentos difíciles para reconocer la fuerza ciudadana, pues los medios redujeron la intensidad de su difusión, pero insistió en que la fuerza moral del movimiento se mantiene e incluso se ha fortalecido.
En el último día del recorrido de la Caravana del Sur, el poeta resaltó que uno de los logros es que se “visibilizó” a las víctimas estructurales afectadas por el sistema económico y las víctimas de la guerra contra el crimen organizado.
En un ambiente de fiesta, los caravaneros agradecieron a Sicilia su activismo. "¡Javier-Sicilia-esta-es-tu-familia!", corearon ante las lágrimas del poeta, de muchas de las víctimas e incluso de algunos de los escoltas que desde el principio de la movilización resguardaron al escritor.
Más aún, para algunas de las víctimas, como la señora María Herrera, de Michoacán y con cuatro hijos desaparecidos, el movimiento por paz le cambió la vida:
"Estaba como muerta en vida, no quería levantarme de la cama, me sentía enferma. Cuando empezó la primera caravana al norte del país escuché que pasarían por Morelia. Fui al mitin y participé, subí al templete y, por primera vez, hablé de mis hijos. Hoy ya no pienso dejar el movimiento, son como mi familia", exclamó la mujer de 62 años.
También es el caso de Teresa Carmona, Araceli Rodríguez y otras madres y esposas de muertos y desaparecidos que se unieron al movimiento y sostiene una participación activa en las reuniones y caravanas.
Por último, sobre los reclamos de los indios huicholes de Wirikuta, Jalisco, Sicilia demandó el apoyo internacional para rescatar esos “terrenos sagrados” ahora en manos de las mineras canadienses.