Fuerzas armadas opacan el "Día del Presidente"
MÉXICO, D.F. (apro).- Al rendir su V Informe de Gobierno, el presidente Felipe Calderón incurrió en una serie de modificaciones que terminaron desluciendo el tradicional día del presidente.
El mensaje con motivo del Informe, fue llamado, como en Estados Unidos, “El Mensaje por el Estado de la Nación”. Sin embargo, la diferencia es que en Estados Unidos, el “Estado de la Nación” implica la presencia del presidente de ese país ante el Congreso, lo cual fue eliminado por los gobiernos panistas en México.
Originalmente, “El Estado de la Nación” a la mexicana, se realizaría en el Auditorio Nacional. Sin embargo, tras el incendio provocado por un comando en el Casino Royale de Monterrey, la presidencia de la República anunció el pasado viernes 26 de agosto que el acto se cambiaría al Museo Nacional de Antropología.
La cita se fijó a las 9:00 de la mañana, pero al llegar esa hora, al menos unos 200 lugares se encontraban vacíos. Inclusive se rindieron honores a la bandera, pero el presidente Felipe Calderón no ingresó. Unos 10 minutos después, con colaboradores y funcionarios menores, algunos de los lugares vacíos fueron ocupados.
Entonces entró el presidente, a quien según la cifra oficial, lo esperaban mil 300 personas, todos líderes políticos, empresariales y religiosos, así como integrantes de su gabinete.
Los aplausos se le escamotearon a Felipe Calderón. De hecho, la ovación que no recibió le fue otorgada a las fuerzas armadas. En la primera parte de su discurso, Calderón expresó:
“Quiero hacer un reconocimiento a la lealtad y al patriotismo de las Fuerzas Armadas en México: al Ejército Mexicano y a la Marina. Su participación firme y valiente ha sido decisiva en la defensa de México”.
Apenas terminó de decir lo anterior, cuando los asistentes rompieron en un aplauso que se prolongó por 50 segundos y se pusieron de pié para saludar a las Fuerzas Armadas. En total, a Calderón le aplaudieron cinco veces, incluido el final y al menos en una ocasión los aplausos fueron inducidos por los legisladores panistas que se encontraban en el sector izquierdo del patio.
La única vez que los asistentes se volvieron a poner de pie fue cuando guardaron un minuto de silencio por las víctimas de la guerra de Felipe Calderón, cuando rindieron honores a la bandera y, naturalmente, cuando se fueron.
Al terminar su mensaje, los aplausos empezaron a sonar pero de inmediato, un toque de corneta llamó a despedir a la bandera, con lo que el espectáculo de Calderón se acabó prácticamente sin manifestaciones de apoyo al mandatario.