Se mantiene consumo de drogas pero se eleva el de alcohol: Calderón

lunes, 29 de octubre de 2012 · 17:27
MANZANILLO, Col. (apro).- En el periodo de 2008 a 2011 se detuvo el crecimiento del consumo de drogas ilícitas en el país, afirmó hoy el presidente Felipe Calderón Hinojosa, durante el acto de presentación de los resultados de la más reciente Encuesta Nacional de Adicciones. Sin embargo, el mandatario reconoció que en ese mismo lapso se registró “un crecimiento preocupante” en la adicción al alcohol en el sector de los adolescentes del país. En una visita a esta ciudad, donde, además de atestiguar la divulgación de los datos de la encuesta de adicciones, puso en marcha los trabajos del Encuentro Nacional de Centros Nueva Vida, Calderón Hinojosa recordó que de 2002 a 2008 prácticamente se duplicó la proporción de mexicanos que habían probado alguna droga ilícita en el último año, al pasar de 0.7 a 1.4%. En cambio, en la encuesta de tres años más tarde, en 2011, la cifra sólo se elevó a 1.5%: “Tenemos el problema todavía, pero la tendencia se rompió, es decir, pasó de 1.4 a 1.5. Es prácticamente la misma, se estabilizó la prevalencia. Concretamente, lo que era un incremento creciente y preocupante en el consumo de drogas ilícitas, que se había registrado entre 2002 y 2008 a nivel nacional, se detuvo”, expuso. Acompañado por el gobernador de Colima, Mario Anguiano Moreno, así como de funcionarios federales y estatales, Calderón mencionó que el aumento en el consumo de drogas ilícitas en la primera década del siglo XXI en México “está asociado a la expansión de la violencia, porque en la medida que los mercados de consumidores crecen, los criminales buscan controlar esos mercados de consumidores y chocan entre sí”. También indicó que hay otros temas que le preocupan mucho, como el consumo de alcohol. “Ese es un problema de adicción que crece preocupantemente entre jóvenes y adolescentes, que cada vez tienen su primer contacto y su primer consumo a una edad mucho más temprana y con un consumo mucho mayor, particularmente entre mujeres”. En su discurso, el presidente señaló que en la tarea de proteger la salud de los mexicanos, así como en la tarea de proteger la seguridad, las libertades y la tranquilidad de los ciudadanos, el gobierno de la República ha actuado con responsabilidad y con visión de largo plazo. “Lo mismo hemos luchado contra delincuentes sin escrúpulos, que a la vez hemos abierto cauces de prevención y orientación para los jóvenes; construimos, por un lado, nueva capacidad para prevenir delitos y poderlos perseguir, pero también, multiplicamos los puntos de atención primaria para aquellos que tienen un primer contacto con las drogas o con el alcohol, o con el tabaco”, afirmó. Felipe Calderón manifestó que la política pública está centrada en la dignidad de las personas, por lo que es indispensable seguir trabajando, pues “allá afuera hay millones y millones de jóvenes que necesitan saber del riesgo de las adicciones y de los peligros asociados a las drogas ilícitas, al tabaco y al alcohol”. Tras calificar al fenómeno de la adicción a las drogas como la esclavitud del siglo XXI, Calderón expresó que éstas han sido la causa de millones de vidas segadas tempranamente, en una fuente de poder económico para las organizaciones criminales más violentas y causa, también, de la violencia criminal que azota al país. Afirmó que hace seis años su gobierno “tomó la decisión de Estado de combatir frontalmente a la delincuencia, porque representa una de las más grandes amenazas para la integridad y para la seguridad de los ciudadanos, y para la vida misma de México”. El diagnóstico, refirió, era muy preocupante, pues México enfrentaba un grave y creciente problema de inseguridad y se vinculaba, entre otras cosas, fundamentalmente, a un cambio radical en la lógica operativa de las organizaciones criminales. “Nuestra nación había dejado de ser exclusivamente ruta para el trasiego de drogas a Estados Unidos, lo sigue siendo, desde luego, pero, además, se estaba convirtiendo, también, en un atractivo mercado de consumo.” Además, se presentó “una creciente fuente de violencia, que se genera, precisamente, por la disputa que tienen entre sí los grupos criminales dedicados a vender droga, con tal de tener control de un mercado específico, es decir, de un territorio, de una ciudad o de una población”. El presidente Calderón dijo que en su administración el combate a las drogas formó parte de una estrategia integral basada en tres ejes fundamentales de acción, entre ellos “lo que ha sido más comentado, lo más vistoso, lo más controversial, desde luego,  que es el combate frontal a los criminales”, así como “una vía mucho más importante, que es la modernización y el fortalecimiento de las instituciones de seguridad, en particular, los cuerpos policíacos y ministerios públicos”, además de la reconstrucción del tejido social. Este último eje, subrayó, es el de mayor relevancia, porque se requiere fortalecer a la sociedad e impedir, con ello, que la delincuencia permee a las comunidades. Entre las acciones para la reconstrucción del tejido social, Calderón Hinojosa aludió a la política de atención temprana de adicciones y de atención primaria, donde se ubica la Red Nacional de Centros Nueva Vida.

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