Crónica del fin de María Susana: Pasarela de la muerte

domingo, 2 de diciembre de 2012 · 19:49
La trágica muerte de la ganadora del concurso Mujer Sinaloa 2012 supera la imaginería épico-glamorosa del narcotráfico. En medio de versiones contrapuestas, las autoridades no aciertan a proporcionar un informe fidedigno del enfrentamiento entre sicarios y elementos del Ejército en que cayó abatida la joven María Susana Flores Gámez la madrugada del pasado 24 de noviembre. Testigos de la balacera afirman que los soldados le dispararon aun cuando ella, rendida, suplicaba que no lo hicieran. En exclusiva, Proceso presenta fragmentos de la crónica vívida de esos hechos que el semanario sinaloense Ríodoce publica en su edición de esta semana. MÉXICO, D.F. (Proceso).- “¡No disparen!”, suplicó. “¡No disparen!”, volvió a gritar. Pero sus palabras se perdieron entre el tableteo de los G-3. Las ráfagas de los elementos del Ejército que los perseguían desde Caitime no cesaron. Fue una refriega continua de varios minutos. La reina de belleza murió por una bala que le destrozó una vena carótida a la altura del cuello, del lado izquierdo, de acuerdo con el dictamen forense integrado a la averiguación previa. Adiós al glamour, a las pasarelas, a las sesiones de fotos, a la corona. La ganadora del certamen Mujer Sinaloa 2012, María Susana Flores Gámez, descendió de la camioneta pick up, blanca, “portando un arma larga”, afirma el parte militar entregado a la PGR junto a varias armas, cargadores, cartuchos útiles y pertrechos de guerra. Gritó su rendición a los elementos del Ejército, contradicen vecinos entrevistados por Ríodoce en El Palmar de los Leal. El vehículo del que se bajó la joven quedó destrozado en el primer vado al entrar al ejido El Palmar de los Leal, municipio de Mocorito. Varios fusiles quedaron tirados a su alrededor, entre ellos un AK-47, conocido como “cuerno de chivo”, el cual, dicen las autoridades, ella portaba al bajar del vehículo. Fue abandonada a su suerte por Orso Iván Gastélum, el Cholo, y tres gatilleros más. Al entrar al ejido, el líder de los sicarios del cártel de Sinaloa en esa zona, instruyó a la miss: “Di que te secuestramos… no te van a hacer nada, te dejarán ir”. Dicho esto, El Cholo escapó junto con el resto. Antes, lanzaron una ráfaga al aire para distraer al Ejército, que intentaba acorralarlos. Después corrieron, entre las casas y la maleza, en aquellos vallecitos que producen hortalizas y ajonjolí. La pesadilla Todo comenzó en Caitime, un pueblo de acaso mil 500 habitantes que divide la carretera México 15, aproximadamente20 kilómetrosal sur de la ciudad de Guamúchil. La madrugada del pasado 24 de noviembre, un convoy compuesto por decenas de soldados entró sigilosamente al pueblo con la consigna de cazar a Orso Iván Gastélum, El Cholo, un operador de Joaquín El Chapo Guzmán que en agosto de 2009 se fugó del penal de Culiacán después de hacerse una fiesta de despedida donde presumió que su patrón tenía palabra. Los uniformados no llegaron en vehículos oficiales, sino en camionetas particulares, entre ellas una doble rodado blindada que tres años antes las mismas fuerzas castrenses habían decomisado en Guasave a sicarios de Isidro Meza Flores, El Chapo Isidro, enemigo acérrimo del Cholo. Iban escondidos bajo bultos de paja. Cuando el anillo de seguridad de Orso Iván Gastélum se dio cuenta de que gente armada rodeaba la casa, avisaron a su jefe, quien se encontraba en otra cueva de seguridad, a menos de 100 metros de distancia. Pensando que se trataba de los grupos rivales de Guasave, empezaron a disparar contra los desconocidos. Pero al percatarse de que no era el Chapo Isidro a quien enfrentaban, sino a soldados, tomaron todo el armamento posible, se montaron en al menos dos camionetas y tumbando matorrales y cercas salieron a toda velocidad por un camino de terracería que conduce a El Progreso. Inició así una persecución a muerte que se extendió por tres poblados y más de15 kilómetrosy que terminaría cuando los militares dispararon a María Susana Flores Gámez, en la entrada de El Palmar de los Leal. Atrás habían quedado un sicario y un soldado muertos, producto de la primera refriega. Luego vendrían más, soldados y sicarios, incluyendo un jornalero que se atravesó en la balacera y quedó muerto. Uno de los partes militares integrado a la investigación remitida ala Subprocuraduría Especializadaen Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), informa que los elementos militares recibieron una denuncia anónima a las 21:30 horas del viernes 23 de noviembre, según la cual “sujetos integrantes de la delincuencia organizada, en horas de la madrugada, establecían retenes tipo militar en áreas de acceso a dicho poblado”. Entonces se planeó un operativo y se ejecutó a las 05:00 horas del día siguiente. Al llegar al lugar estaban sujetos armados quienes huyeron en sus camionetas hasta llegar a una casa. Los militares los siguieron y fueron recibidos a balazos por los delincuentes, quienes recibieron refuerzos desde el interior del inmueble. En la refriega fue abatido Eleazar López Bernal. Algunos sicarios lograron escapar, pero los que estaban al interior claudicaron: “Nos rendimos. No disparen”, consigna el parte militar. Ahí se detuvo a Álvaro Cázarez Iribe con un fusil AR-15; a Gabino Ramírez López, quien portaba un AK-47, y a Giovanny Rodríguez Beltrán, con otro “cuerno de chivo”. Todos ellos se encuentran bajo arraigo dela SEIDO en la Ciudad de México, a donde fueron trasladados el jueves pasado. También en Caitime se decomisaron seis camionetas y un arsenal: seis armas AK-47, un fusil AR-15, un aditamento lanzagranadas, una granada calibre .40 milímetros, dos granadas de fragmentación defensivas, una pistola Colt calibre .45 milímetros; además, 37 cargadores diversos, y mil 308 cartuchos diferentes. También ropa y equipo táctico. (Fragmento del reportaje que se publica en Proceso 1833, ya en circulación)

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