El cochinero azul

lunes, 6 de febrero de 2012 · 00:02
MEXICO, D.F. (apro).- Si en las semanas previas los equipos de Josefina Vázquez Mota y Ernesto Cordero se acusaron de prácticas antidemocráticas y delincuenciales, la jornada electoral de este domingo 5 sólo ratificó esa lógica: Un torneo de trampas que ensució la elección. Sin embargo, después de que Vázquez Mota aplastó a Cordero y luego de que Felipe Calderón se le anticipó a éste para felicitar a la ganadora, el espionaje, las amenazas de servidores públicos, la compra, coacción e inducción del voto con dinero en efectivo y despensas, entre otras prácticas como el acarreo, no se prevé que sean investigadas. De manera que la fotografía de unidad en el PAN, en la que Santiago Creel y Cordero --éste con el rostro desencajado-- le levantan la mano a Vázquez Mota, tiene también otro mensaje: El cochinero quedará impune. Además de las tres quejas que presentó el equipo de Vázquez Mota ante la Comisión Nacional de Elecciones (CNE), la de Creel y la de Codero, así como las denuncias ante la Procuraduría General de la República (PGR) y ante la Secretaría de la Función Pública (SFP), las acciones fraudulentas fueron cotidianas a lo largo del día. De hecho, el equipo de defensa del voto de Vázquez Mota recibió en el número telefónico 01 800 más de 100 llamadas para denunciar prácticas de defraudación electoral, más de la mitad de las cuales eran relevantes, sobre todo presión de funcionarios, compra y coacción del voto y acarreo de votantes. Aunque la responsable de las células “cazamapaches”, Kenia López Rabadán, dijo que todas serán analizadas para determinar cuántas se convierten en quejas ante la CNE o las autoridades competentes, lo cierto es que la victoria de Vázquez Mota las enviará al olvido. Lo mismo ocurrió, hace seis años, en la elección interna que ganó Calderón a Creel y a Alberto Cádenas, cuando se registraron diversas prácticas fraudulentas, que jamás fueron sancionadas, y muchas más que han ocurrido en elecciones internas. Lo mismo se prevé que ocurra con todas las quejas que se difundieron a lo largo de l día de hoy en los medios de comunicación y en las redes sociales, incluidos los testimonios gráficos de acarreo, compra de votos, entrega de despensas y urnas embarazadas. La CNE, que preside José Espina, informó que no se había presentado ninguna queja de estas denuncias durante el día. Y lo que no existe no puede investigarse. La jornada electoral inició, precisamente, con la denuncia de una urna embarazada, en Teloloapan, Guerrero, antes inclusive de que se iniciara la jornada electoral, las 10 horas. La hizo la diputada federal Gabriela Cuevas, integrante del equipo de Cordero, quien a través de su cuenta de Twiter denunció, poco después de las 9:30 horas: “Aún no se abre la casilla y ya tiene votos. ¡que se saquen todos esos votos falsos y sea el voto de la gente!” Y en otro acusó a Vázquez Mota: “¡Son los funcionarios de casilla los que están haciendo fraude en Teloloapan a favor de JVM!” Enseguida hizo más acusaciones: “Las urnas las llenaron desde ayer, la operación tamal inició en la madrugada en Oaxaca, Guerrero, Chiapas y Michoacán”. Tales denuncias de una prominente corderista, quien hace seis años era allegada a Creel, desencadenaron una tormenta de denuncias de todo el país que no amainaron durante el día. Desde el remoto Balancán, Tabasco, donde la diputada guanajuatense Elia Hernández aseguró que el alcalde panista Milton Latra dijo que amenazaba a los votantes para votar contra Vázquez Mota, hasta el muy exclusivo barrio de Polanco de la Ciudad de México. En el parque Uruguay se instaló el centro de votación para la emisión de los votos de los vecinos de la delegación Miguel Hidalgo, una de las tres gobernadas por el PAN, y fue ahí un festín de acarreos. Así como llegaban prominentes panistas a votar, como Gustavo Madero, presidente del PAN, también llegaron multitudes de colonos de las zonas populares a bordo de microbuses. Lista en mano, mujeres de los equipos de Vázquez Mota y Cordero instruían a los panistas de condición humilde cómo votar. Las mujeres que controlaban sus respectivas clientelas estuvieron a punto de los golpes por acusarse mutuamente de fraudulentas. Ese centro de votación le correspondió al precandidato Creel, cuya esposa e hijo no pudieron emitir su voto, porque no aparecieron en la lista de electores. Lo mismo ocurrió en la muy panista delegación Benito Juárez, donde tiene su sede nacional el PAN. “Lamentable el acarreo en la delegación Miguel Hidalgo, lo mismo en la BJ. Era de esperarse”, se dolió Carlos Gelista, expresidente del PAN en la capital, a quien secundó el exdiputado Jorge Triana: “Acarreo majadero”. Además de Teloloapan, gobernado por el Partido de la Revolución Democrática (PRD), a cuyas autoridades los corderistas y creelistas acusaron de encubrir a los josefinistas que embarazaron urnas, en otros municipios del Guerrero se presentaron conductas anómalas, como la compra y coacción del voto. En Veracruz, los equipos de Cordero, con Miguel Angel Yunes a la cabeza, y de Vázquez Mota, con el apoyo de Julen Rementería y Alejandro Vázquez, se enfrentaron a punta de despensas y regalos. Las acusaciones se intensificaron hacia el mediodía, cuando la ventaja de Vázquez Mota, según los conteos, era de hasta 18 puntos porcentuales, y amainó cuando comenzaban a cerrar los centros de votación. Pero la huella de tales conductas quedó registrada. Sin embargo, José Espina, el árbitro electoral del PAN, minimizó los incidentes: dijo que sólo 8 de los 1689 centros de votación no abrieron y que aún no hubo denuncias de los equipos de los precandidatos por irregularidades, como acarreo o presiones. Y nada pasará, como en cada elección…

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