Se queda la verdad en suspenso; PRI y PAN se acusan de mentirosos
TLALNEPANTLA, Mex., 17 de abril (apro).- Al cabo de 28 minutos de una ríspida discusión en la “mesa de la verdad” sobre una obra de Enrique Peña Nieto como gobernador, cumplida para unos, incumplida para otros, priistas y panistas lograron una sola coincidencia: Llamarse mutuamente mentirosos.
El ya famoso “Compromiso 127? de Peña Nieto no logró clarificarse tras un debate que devino ruptura de la mesa que tenía como fin conocer justamente esa verdad, pero no se logró porque la delegación priista se levantó aduciendo que era víctima de agresiones.
Mientras duró el encuentro, los priistas se sostuvieron en que Peña Nieto cumplió el compromiso de ampliar a tres carriles la avenida Adolfo López Mateos sobre Puente de Vigas, pero para los panistas eso es una falsedad, porque la obra –que para ellos es un distribuidor vial-- está inconclusa.
Para robustecer su aserto, los priistas mandaron colocar letreros gigantes para señalar el lugar de la obra, justo donde instalaron la “mesa de la verdad”, con 13 sillas –seis par ellos y seis para los panistas--, cubierta de un mantel verde, y más de un centenar de sillas bajo una carpa.
Los letreros decían: “Ampliación del puente de la vialidad López Mateos a tres carriles Puente de Vigas-Tlalnepantla”.
Los panistas, a su vez colocaron su propia mesa con mantelería azul sobre el puente inconcluso que forma parte de un distribuidor vial sobre la línea divisoria del Estado de México y el Distrito Federal, y llevaron una megapantalla en la que proyectaban imágenes de obras, que remataban con un “Peña Nieto no cumple”.
A la mesa del PRI llegó la delegación encabezada por el presidente de este partido, Pedro Joaquín Coldwell, y el coordinador de la campaña de Peña Nieto, Luis Videgaray, quienes desde las 16:20 horas se declararon listos para el debate, y dieron a conocer que para evitar confusiones se abrió una página de internet para conocer cada uno de los 608 compromisos del candidato como gobernador, incluida la lista de notarios públicos que dio fe de las obras.
A la hora de dirigirse a donde los esperaba la delegación encabezada por Gustavo Madero, presidente del PAN, y Roberto Gil Zuarth, coordinador de la campaña de Josefina Vázquez Mota, la delegación priista se adelgazó: Joaquín Coldwell, Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong se retiraron.
Sólo fueron con los panistas el vicecoordinador de los diputados, José Carlos Ramírez Marín, Gerardo Ruiz Esparza, secretario de Obras en el gobierno de Peña Nieto, y el vocero Eduardo Sánchez.
Este último se comunicó con el periodista Javier Solórzano, quien trató de moderar un debate en medio de un tumulto de periodistas, vecinos, panistas y curiosos; en medio, demás, de claxonazos, reclamos y mentadas de madre de los conductores hartos del tráfico.
--¿Onde está Pedro Joaquín? ¿Onde está Pedro Joaquín? –buscaba Madero, trepado en una silla, a su homólogo priista, que ya se había ido.
--¡Tuvo miedo! –le gritaron.
--¡Eso, chingado, ese es ánimo! –respondió.
El queretano Ricardo Anaya, candidato a diputado federal, inició las hostilidades, frontalmente, al afirmar que Peña Nieto prometió ampliar a tres carriles la avenida López Mateos al puente de Aquiles Serdán, es decir, desde la avenida Gustavo Baz hasta pasando el puente en donde se encintraban en ese momento.
“Esta obra está detenida desde por lo menos hace tres años“, dijo para fortalecer su aserto de que el candidato no cumplió con ese compromiso. “Que Peña Nieto cumpla su palabra y deje de mentir”, expresó.
“Su campaña va mal y hay que levantarla”, dijo como respuesta inicial Ramírez Marín, quien pidió por principio hacer un acuerdo de si el debate era sobre una o todas las obras de Peña Nieto.
Si los panistas afirmaban que Peña no cumplió, entonces los retó a presentar las pruebas.
Roberto Gil, quien dijo que la ausencia de Joaquín Coldwell era la “aceptación tácita” de que el compromiso no fue cumplido, aseguró la obra no aparece en el informe correspondiente al año 2009.
Anaya, a su vez, insistió en que mientras Peña Nieto no entregue el puente concluido su obra es una mentira, y “quien miente es un mentiroso”.
Ruiz Esparza le respondió que mentía, porque la obra no era el distribuidor vial inconcluso, parte de una obra metropolitana que era preciso concluir, sino la que estaba a 200 metros de distancia, como dio fe el notario José Alfonso Portillo Balmori.
“!Este distribuidor vial ni siquiera existía!”, dijo Ruiz Esparza, y más adelante reprochó: “Señores, no quieran salvar su campaña dividiendo al pueblo de México”.
Los ánimos estaban caldeados. En medio de gritos de vecinos y de simpatizantes priistas, Ruiz Esparza se levantó pretextando que fue agredido en el tumulto que rodeaba la mesa.
Con eso acabó todo.
Ese fue y por lo visto seguirá siendo el pleito: Aferrados, irreductibles en sus posiciones, no se logró clarificar nada, salvo que unos y otros se acusan de mentirosos.