Aprueban diputados reforma política; dejan fuera reelección
MÉXICO, D.F. (apro).- La Cámara de Diputados aprobó, con 279 votos, la reforma política que prevé, entre otras, las figuras de iniciativa ciudadana, candidaturas independientes, consulta popular, iniciativa preferente y sustitución del Presidente en casos de falta absoluta y, aunque fue calificada de “miscelánea” y reforma “patito”, al final fue avalada por mayoría.
Para evitar hechos como el que se registró durante la toma de protesta de Felipe Calderón en diciembre de 2006, donde la izquierda intentó impedir el acto pero finalmente se consumó con el apoyo del PRI, la reforma política prevé que el Presidente de la República pueda rendir protesta en otro lugar cuando no haya condiciones para ello en el Congreso de la Unión.
Los cambios aprobados también incluyen la ratificación de comisionados de órganos reguladores del Estado, integración de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y revisión de la Cuenta Pública.
El dictamen, presentado al pleno por comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Gobernación, dejó pendientes temas como reelección legislativa, observaciones del Ejecutivo al Presupuesto de Egresos de la Federación, revocación de mandato y la reconducción presupuestal.
Al fijar la postura del PRI, Felipe Solís Acero afirmó que se trata de una reforma trascendental, la cual permite pasar de una democracia estrictamente representativa, a otra con figuras claramente participativas, modificando el perfil de las prácticas democráticas y políticas del país.
Reconoció además la participación de las diversas fuerzas políticas en la construcción del dictamen.
“Fuimos capaces de cumplir con nuestra responsabilidad legislativa y parlamentaria de construir un acuerdo de esta dimensión en beneficio del país y los ciudadanos, por encima de intereses de partido”, presumió.
El PAN, a través de su diputado y exconsejero del Instituto Federal Electoral (IFE), Gastón Luken Garza, advirtió que su grupo parlamentario seguirá insistiendo en que se atiendan correctamente los temas que no tocó el dictamen, como la revocación de mandato, disminución de legisladores y representación proporcional, y aclaró que no se trata de una reforma, sino una simple miscelánea electoral.
El diputado perredista José Luis Jaime Correa subrayó que se trata de un trabajo trascendental, aunque con algunas limitaciones.
“La reforma amplía derechos ciudadanos, redirecciona la democracia representativa hacia una ruta de mayor participación ciudadana en la toma de decisiones y nos da certidumbre en los mecanismos de sustitución del Presidente de la República”, acotó.
En su turno, el diputado Arturo Santana Alfaro, también del PRD, sostuvo que esta reforma abrirá la puerta a la ciudadanía en la toma de decisiones de la vida política del país, por lo que se pronunció por la aprobación del dictamen.
En contra se manifestaron Agustín Guerrero, del PRD, y el petista Gerardo Fernández Noroña.
El primero dijo que fuera de dar a los ciudadanos el derecho de participar como candidatos en los procesos electorales, la reforma le queda a deber a las necesidades de transformación que demanda el país.
Más aún, la calificó de reforma "patito" en la que, a partir del momento en que se impuso como requisito el respaldo de un millón 600 mil personas para convocar a un proceso de consulta ciudadana, se hace casi imposible que ello se pueda concretar.
Pero no sólo eso, denunció, pues para que sea vinculatoria debe participar al menos 40% del padrón electoral, es decir, unos 32 millones de mexicanos.
El petista y también exconsejero electoral del IFE, Jaime Cárdenas, igualmente se opuso a la aprobación y sostuvo que México requiere una reforma de Estado que implemente un sistema democrático auténtico y de derecho pleno.
Ahora la reforma política será enviada a los Congresos locales y deberá aprobarse en por lo menos 17 entidades para que pueda entrar en vigor.