Acuerdan presidentes del G-20 inyectar más recursos al FMI
LOS CABOS, BCS. (apro).- Con el respaldo unánime a la eurozona, una extraordinaria inyección de recursos al Fondo Monetario Internacional (FMI) –más de 450 mil millones de dólares, adicionales a las cuotas de los miembros– y compromisos específicos para promover el crecimiento y el empleo en el mundo, concluyó aquí la Cumbre de Líderes del G-20.
En las dos sesiones plenarias de este día –la primera fue el lunes 18–, los presidentes del G-20 también acordaron exigir a los miembros europeos trabajar en colaboración con el próximo gobierno de Grecia para que éste se mantenga dentro de la zona euro.
Conforme a lo pronosticado, el tema de la coyuntura económica de la eurozona –que pese a los cuantiosos apoyos no sale de sus problemas fiscales y de sobreendeudamiento– fue la prioridad entre los mandatarios.
En conferencia al término de los trabajos de la cumbre, el presidente estadunidense Barack Obama dio la dimensión a la necesidad de apoyar a Europa.
Dijo: “Europa es nuestro socio más grande; nos interesa que Europa crezca para que en Estados Unidos, y en otras partes del mundo, haya empleos”.
Y dentro de los europeos, el país que salió con la maleta más llena de logros fue España. Elogiaron al presidente hispano Mariano Rajoy por su plan para recapitalizar al sistema bancario español –que requerirá de 100 mil millones de euros, ya comprometidos– y por los apoyos que ha negociado con sus pares de la zona para la reestructuración financiera del país.
“Esta reunión de Los Cabos no la olvidaré nunca por su espíritu constructivo”, dijo un feliz Rajoy, quien en conferencia de prensa declinó responder si subirá el Impuesto al Valor Agregado en su país, como se lo ha sugerido el FMI.
Sin embargo, respondió ambiguamente que en España “tenemos dos objetivos: reducir el déficit y hacer reformas, y haremos lo que creamos necesario en cada momento”.
Una de las preocupaciones externadas por la mayoría de los presidentes fue el petróleo y sus volátiles precios internacionales, que desquician a muchas economías.
En la Declaración de Los Cabos, los miembros del G-20 afirman que permanecerán atentos a la evolución de los precios del crudo y tomarán las acciones que sean necesarias para garantizar un nivel adecuado de oferta consistente con la demanda.
Sobre el tema, en la plenaria Arabia Saudita se comprometió a movilizar, según se requiera, su capacidad adicional disponible a fin de asegurar una oferta adecuada. El gesto le fue reconocido ampliamente por los asistentes.
China, que había sido el negro en el arroz en el último año por manipular su política cambiaria, depreciando artificialmente su moneda para facilitar sus exportaciones, hoy recibió el aplauso del G-20 por comprometerse a que las fuerzas del mercado jueguen un mayor papel en la determinación de su tipo de cambio, continuar con su reforma al régimen cambiario e incrementar la transparencia sobre su política de tipo de cambio.
Una de las propuestas de la agenda que traía la presidencia mexicana tuvo eco entre los líderes del grupo. Es la referente a la transparencia y la rendición de cuentas en relación con los compromisos firmados en cumbres anteriores del G-20.
De acuerdo con la Declaración de Los Cabos, los presidentes firmaron el Acuerdo Marco de Rendición de Cuentas de Los Cabos, que “establece los procedimientos que seguiremos para informar sobre el progreso en la implementación de nuestros compromisos de política”.
En función de ese acuerdo, los líderes mandataron a sus ministros de Finanzas y a sus gobernadores de bancos centrales a presentar un Informe de Rendición de Cuentas en la próxima cumbre del G-20, que se realizará en San Petersburgo, Rusia, el año entrante.
Los presidentes también acogieron los resultados del intenso trabajo que desarrollaron durante meses, dentro de la presidencia mexicana, los ministros de Trabajo y Empleo.
Dice la Declaración:
“El empleo de calidad forma parte de nuestras políticas macroeconómicas. Los empleos con derechos laborales, cobertura de seguridad social e ingresos dignos, contribuyen a un crecimiento más estable, mejoran la inclusión social y reducen la pobreza”.
En virtud de ello, los mandatarios firmaron el compromiso de “combatir urgentemente el desempleo mediante medidas laborales apropiadas y fomentar la creación de trabajo decente y empleos de calidad, sobre todo para los jóvenes y otros grupos vulnerables que han sido particularmente afectados por la crisis económica”.
Sin duda, la inyección de más recursos para el Fondo Monetario Internacional fue uno de los acuerdos más elogiados por los presidentes del G-20.
El compromiso alcanzado refiere que el FMI recibirá poco más de 450 mil millones de dólares –adicionales al incremento de cuotas–, que estarán a disposición de todos los miembros del Fondo y no están asignados a una región en particular.
Los recursos, que formarán parte de la reserva internacional del FMI, se canalizarán a la Cuenta de Recursos Generales del organismo a través de acuerdos bilaterales de préstamo e inversiones.
Entre las aportaciones más relevantes están la de China, con 43 mil millones de dólares, y las de Brasil, Rusia, India y México, de 10 mil millones de dólares cada uno.
Al final, quien salió con la mayor de las satisfacciones fue el presidente Felipe Calderón, quien recibió un elogio unánime por la “exitosa realización de la Cumbre” y el notable liderazgo de la presidencia mexicana del G-20”.
Aunque uno de los temas que más empujó, el “crecimiento verde”, no tuvo una gran acogida. Quedó, como promesa de abundar en ello, en los últimos puntos de la Declaración de Los Cabos.