Con el movimiento #YoSoy132 el cambio en el país ya comenzó: Solalinde

martes, 5 de junio de 2012 · 17:23
MÉXICO, D.F. (apro).- Desde su retiro voluntario, luego de ser amenazado de muerte, el sacerdote Alejandro Solalinde afirma que México registró un cambio con el surgimiento del Movimiento “#YoSoy132” porque los jóvenes salieron de su letargo y pusieron punto final al gobierno corrupto que dejó el PRI. En declaraciones desde Ginebra, Suiza, Solalinde señala que los jóvenes “han marcado un momento en el que México tocó fondo” y afirmó que él también se suma al movimiento. “Yo también soy 132, por supuesto que sí”. Es más, anticipa que regresará a México para votar en las elecciones del próximo 1 de julio. El sacerdote, defensor de los derechos de los migrantes que sufren maltratos en su paso por México hacia Estados Unidos, dice que, al igual que los jóvenes, él también busca un cambio. “Yo siempre he confiado y apostado por dos sectores: los jóvenes y las mujeres; este movimiento apenas empieza y van a hacer maravillas, creo en la capacidad de los y las jóvenes”. Solalinde agrega que todavía falta la participación activa de las mujeres y que, mientras no lo hagan de manera plena, “todos los esfuerzos que emprendan los jóvenes o quien sea, van a ser parciales; sin las mujeres no se puede hacer nada”. Sin embargo, sostiene que, independientemente de que haya limpieza en las elecciones y de quién sea el nuevo Presidente, el cambio ya está dado. “Y ya los jóvenes del movimiento #YoSoy132 ya están pensando en un programa poselectoral y ahí estaremos con ellos en las mesas, y en la acción aportando y participando para hacer un México distinto, un México incluyente que merecemos y que nos han negado los políticos corruptos”, sentencia. En ese cambio, dice, la iglesia también tendrá que voltear hacia los jóvenes. “Cuando la Iglesia católica mexicana está viendo que los jóvenes que son los que más se han alejado de la Iglesia, están haciendo eso por componer las cosas en México, que pongan sus barbas a remojar, porque también la Iglesia católica mexicana va a recibir algún día un reproche de estos jóvenes por la incongruencia, porque también (la Iglesia) se ha alejado de la misión”, reflexionó el sacerdote. En cuanto a la situación actual de los migrantes en México, Solalinde señala que al próximo presidente mexicano le corresponderá pedir perdón a Centroamérica por el maltrato que han recibido los migrantes en su paso por el país. Además de la disculpa, dice que el nuevo mandatario tendrá que diseñar un plan de desarrollo integral con Centroamérica, buscando a laos más ricos de México, para reparar el daño a las víctimas. El nuevo gobierno, pondera , “tendrá que investigar qué ha pasado con los migrantes y, por respeto, por lealtad a Centroamérica, empezaremos a recorrer una a una las fosas que están en Chiapas, en Oaxaca, en Veracruz, en Tamaulipas, en el Estado de México y todos los puntos de la República Mexicana por donde han pasado” los migrantes. El fundador de la casa de migrantes “Hermanos en el camino” reclama a los cuatro candidatos presidenciales que hasta ahora no se hayan pronunciado por el tema y que ni siquiera se hayan acercado a su albergue para conocer la situación. “Ninguno, ninguno (de los candidatos) tiene contempladas realmente políticas públicas para los migrantes de México, los transmigrantes (sic) de Centroamérica, los inmigrantes de todos lados y los que retornan (...) tienen que ir a ver in situ”, apuntó. El prelado indicó que el único que se ha aproximado a siete kilómetros de su albergue es el candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador, pero no llegó hasta ahí. Solalinde también critica a las Iglesias de la región porque no han participado en el plan de desarrollo para Centroamérica. “Hasta ahora la alta jerarquía de la Iglesia católica de los países de origen han sido la mayor parte indiferentes y no les ha importado que salga ese gran número de sus hijos e hijas de Centroamérica”, cuestiona. Para el defensor de los migrantes, las reuniones episcopales que ha celebrado la Iglesia católica con representantes del Caribe, Centroamérica, México y Estados Unidos, no han sido suficientes. “Tiene que haber sensibilidad, tiene que dolerles lo que sufren sus hijos. La iglesia tiene que ponerse las pilas también, no están haciendo lo suyo”, concluye.

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