Da Calderón recetas a países europeos para salir de la crisis
MÉXICO, D.F. (apro).- Rodeado de exmandatarios de países iberoamericanos, empresarios y políticos mexicanos, el presidente Felipe Calderón no encontró mejor ocasión para presumir las acciones de su gobierno frente a la crisis de 2008 que la XVIII Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo.
Según el Ejecutivo, su gobierno no sólo contrarrestó los efectos de esa crisis originada en Estados Unidos a través de medidas contracíclicas, sino que estimuló la inversión, el empleo y el crédito bancario para levantar “ese gran elefante que cayó”.
En un salón del hotel Camino Real ubicado en la colonia Polanco, donde asistieron, entre otros, el magnate Carlos Slim y los expresidentes de España, Chile y Uruguay, Felipe González, Ricardo Lagos y Julio María Sanguinetti, respectivamente, así como el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, Calderón detalló:
“El epicentro de la mayor crisis que tenga memoria la humanidad viva en este momento fue Estados Unidos. Este gran elefante que cayó, nos cayó justo encima a los mexicanos”.
Mencionó que en el caso de México, “por primera vez en una crisis de esa magnitud pudimos no sólo no cortar, sino incrementar notablemente el gasto de inversión, particularmente en infraestructura”.
De acuerdo con Calderón, la pasada crisis de 2008 ha sido la peor que nos ha tocado vivir. “Es la peor crisis que todas las generaciones presentes en el mundo puedan recordar. Es nuestra peor crisis económica, globalmente hablando”, puntualizó.
Enfatizó que dicha recesión tuvo un costo para el país que se reflejó en el déficit público, mismo que se disparó de 3% a 4% en 2009, pero hoy está en niveles inferiores a 2.5%.
Tras celebrar esa acción, el mandatario advirtió que “el déficit público es un cartucho que sólo se puede disparar una sola vez”, como lo hizo México, contrario a lo que hicieron los países europeos.
Ante la presencia de funcionarios federales, gobernadores, senadores, diputados y el presidente del PRI, Pedro Joaquín Coldwell, Calderón atizó contra los países europeos al señalar que “incurrieron” en déficit público.
“Una vez que se dispara, uno debe volver a cargar. La capacidad del Estado de volver a incurrir en déficit no puede ser permanente. El asumir los déficit públicos como una capacidad permanente, si se hace de cierta magnitud, es un gran error que creo que estamos pagando en muchas latitudes”, subrayó.
Explicó que muchos países en Europa y América Latina que han incurrido en déficit público “hoy están pagando la dureza, el rigor, la inclemencia de no poder cerrar esos déficit, precisamente porque los mercados financieros no están contribuyendo más a financiarlos”.
Los países que sufren por mantener deudas altas son España, Italia, Grecia, Irlanda, Portugal e Islandia, precisó.
Luego se dio el lujo de dar recetas para paliar la crisis y la incertidumbre que viven los países europeos, a quienes –dijo– les quedan “cortas” las medidas de rescate impulsadas por organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional.
“Se requiere que este virus de la falta de credibilidad de la capacidad de pago de los gobiernos se combata con un antibiótico poderoso. Si se dan pequeñas dosis al principio, lo único que puede generarse y que ya ha ocurrido es que se exacerbe el problema y el virus se haga todavía muchísimo más potente”, alertó.
Felipe Calderón sostuvo que el mundo tiene que actuar “muy rápido”, no obstante que esa característica, agregó, “ha sido una de las mayores ausencias en los tomadores de decisiones”.
Y más: aconsejó actuar en los temas de fondo, antes que en las necesidades económicas de coyuntura.
“Hay que evitar que el desorden financiero y bancario permita que se generen nuevas crisis en el futuro mediato e inmediato”, sentenció.
Añadió:
“Nosotros aquí, en México, por ejemplo, después de una crisis severísima que tuvo el país en el sector bancario, se aprendió la lección. Se establecieron medidas regulatorias y de capitalización ordenadas, severas”.
Durante la crisis, la banca mexicana tuvo un promedio de capitalización de más de 16%, más de lo que proponen las Reglas de Basilea, apuntó.
Calderón no paró ahí y detalló que la banca mexicana no sólo no fue problema, sino que fue parte de la solución “porque siguió prestando a pequeñas y medianas empresas”.
A menos de cinco meses de concluir su gestión, el mandatario insistió en que Europa debe distinguir entre las economías que tienen problemas de insolvencia y no pueden pagar sus obligaciones, y las economías que tienen problemas de liquidez, a fin de determinar la prioridad en la inyección de los recursos.
También habló de la importancia del comercio como una salida a la crisis y criticó las medidas proteccionistas de naciones como Argentina y Brasil.
Presumió que durante su mandato México pasó del noveno al cuarto país exportador de automóviles. Y se jactó del presupuesto destinado a la salud, de los 120 mil ingenieros graduados en México cada año, de la cobertura educativa y hasta de la “economía verde”.
Al terminar su discurso, Felipe Calderón olvidó declarar formalmente inaugurada la XVIII Reunión Plenaria del Círculo de Montevideo. Ya había bajado del atril, pero le recordaron el desliz y tuvo que regresar para cumplir con el protocolo.