Propone Sicilia levantar un Memorial en cada entidad
MÉXICO, D.F. (apro).- El Movimiento para la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD) rechazó la construcción del monumento a la víctimas que el gobierno de Felipe Calderón pretende levantar en el Campo Militar Marte con un costo de 22 millones de pesos.
En lugar de ese proyecto, en el que no se tomó en cuenta a los familiares de las víctimas de la violencia de todo el país, el MPJD propuso realizar un memorial en cada estado como parte del proceso de pacificación.
Apenas hace unos días, el Colegio de Arquitectos dio a conocer el resultado del concurso para construir un monumento a la memoria de las víctimas de la violencia en un área del Campo Militar Marte, a un costado de la residencia presidencial de Los Pinos.
Sin embargo, la decisión del lugar y del estilo del monumento corrió a cargo única y exclusivamente del gobierno federal.
En rueda de prensa, el poeta Javier Sicilia dijo que ello es una muestra más de la falta de palabra y de las traiciones de Calderón, ya que no ha cumplido con los compromisos adquiridos en los diálogos del Castillo de Chapultepec, entre ellos las leyes sobre víctimas, de seguridad nacional con un carácter ciudadano, una Procuraduría de Víctimas con instalaciones y recursos, así como avanzar en los casos más emblemáticos de las víctimas fallecidas y desaparecidas.
“Creímos, y lo seguimos haciendo, en la palabra, en el poder de la razón, en la fuerza de la verdad, pero tenemos que reconocer que de parte de las autoridades lo que recibimos hasta ahora han sido mentiran, traición y simulación”, manifestó Sicilia.
En el caso del Memorial, el poeta aseguró que mientras el MPJD propuso un proceso de reconstrucción pública de la tragedia, donde se incluyera el rescate de los nombre de los muertos y la creación de un registro nacional de víctimas, el gobierno federal se limitó a hablar de víctimas del delito y a buscar acotar el concepto del memorial, reduciéndolo al hecho de erigir un monumento de escasa relevancia.
“Si el MPJD propuso un proceso amplio, nacional, de pedagogía de la memoria y la reconciliación, que incluyera una amplia convocatoria y diálogos y encuentros públicos en todo el país entre artistas y creadores con víctimas y familiares, el gobierno federal impuso como condición para el otorgamiento de los recursos que la designación o el concurso para erigir el monumento se llevara a cabo antes del mes de agosto, con el fin de que fuera inaugurado en este sexenio”, denunció el escritor.
Sicilia también criticó a la presidenta de Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, quien manifestó que Calderón se había comprometido con ella en lo particular a construir un monumento para las víctimas, y que para ella, como para Alejandro Martí, las condiciones impuestas por la Presidencia eran aceptables, como levantar el monumento en terrenos propiedad de la Secretaría de la Defensa Nacional, “lo que desde nuestro punto de vista no abonaba a favor de la motivación profunda del memorial: procurar la reconciliación y el consuelo de todas las víctimas”.
Luego sostuvo que construir el memorial en el Campo Marte es una imposición de Calderón.
“El Memorial no es una pieza escultórica o arquitectónica, sino un proceso de reconstrucción de la memoria colectiva que permite a toda la sociedad recuperar, del río de sangre y destrucción, la memoria de nuestros muertos, el nombre de los desaparecidos, el corazón lastimado de la patria, para que partir de ese ejercicio seamos capaces entre todos de abrazar el dolor de cada uno y de trabajar juntos por la paz y en la no repetición de una tragedia, como la que padecemos tantos mexicanos”.
Por ello sostuvo que si ese monumento quiere ser asumido como una conquista particular por alguna de las víctimas, no discutirán ese protagonismo, pero manifestó que al movimiento no los representa esa obra.
Se trata, acusó Sicilia, de “una escultura que pretende sustituir la necesidad genuina de la memoria con un acto de simulación que termina justamente por esconder, por ocultar, por disimular la naturaleza de esta tragedia nacional; como en tantas oscuras fosas comunes que se abren bajo nuestro suelo, con este monumento no se pretende revelar el dolor de México, sino ocultar su rastro de sangre”.
Por su parte, Emilio Álvarez Icaza dijo que la construcción del Memorial “es un proceso doloroso, no un acto administrativo, burdo”, y observó que puede ocurrir como con la construcción de la Estela de Luz, donde hubo fraude en su realización.
“Para nosotros es un tema delicado, no se trata de generar desconfianza ni opacidad en el manejo de los recursos, como fue la Estela de Luz. El memorial es un medio para conseguir la paz, no un acto político ni administrativo”, indicó el próximo secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA.
Finalmente, informó que pronto se realizará una convocatoria para que en cada entidad del país las víctimas levanten su propio Memorial.