OAXACA, Oax. (apro).- Los traumas psicológicos derivado de la violencia son ya es un problema de salud pública en el país, equiparable al que padeció Colombia hace 20 años, advirtió Ignacio Jarero Mena, fundador y presidente de la Asociación Mexicana para Ayuda Mental en Crisis. Durante el taller “Autocuidados psicoemocionales para personas que atienden a víctimas del delito y la violencia”, el experto manifestó que, “con toda nuestra problemática aquí (en México), no tenemos guerrillas ni fuerzas armadas que secuestren a nuestros niños (porque en Colombia), hay zonas muy activas que siguen secuestrando y demás”. Lo más parecido, dijo el integrante de la asociación civil Ámame en Crisis, es lo que hace el crimen organizado al secuestrar, reclutar y entrenar a sus sicarios. “Estamos viviendo lo que ellos (los colombianos) vivieron hace 20 años”. Jarero Mena, también parte del Centro Internacional de Psicotraumatología y del Sitio Acreditado de Entrenamiento y Educación de la Green Cross Academy of Traumatology en la República Mexicana, insistió en que en México el traumatismo psicológico derivado de la ola de violencia ya es un problema de salud pública. Explicó que si una víctima primaria no es atendida sicológicamente de forma adecuada, puede llegar a desarrollar un padecimiento mental que se denomina trastorno por estrés postraumático. La sintomatología de este trastorno, abundó, es muy dolorosa y está asociada al sobresalto y miedo a salir, situación que afecta a sus seres queridos directamente y a la familia, que es el núcleo del tejido social. Un caso claro de este problema de salud pública lo representa Juárez, Chihuahua, donde hace años la violencia intrafamiliar es enorme, pues hay muchos bares y sitios donde se puede consumir alcohol y drogas y se fomenta la violencia. De igual forma, dijo, hay varias regiones del país donde su población se siente secuestrada, sin libertad, de ahí que esta situación se haya convertido en un problema de salud mental pública. No obstante, aceptó que el tema “no se ha estudiado a fondo porque es un fenómeno que apenas estamos viviendo en México y no hay estudios de cómo va a repercutir en la siguiente generación”. Sin embargo, consideró que sería interesante “abordar sociológicamente en varias comunidades cómo está impactando el trauma psicológico”. Asimismo, pidió pensar “en los familiares de los miembros del crimen organizado, porque en la mayoría de los casos, la esposa y los hijos son víctimas directas de esos individuos, quienes los golpean, trata mal y dicen ‘¡bendito Dios que lo mataron, porque era un infierno vivir con él!’”. El taller fue organizado por la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO), con el objetivo de que funcionarios y personal de la red de atención a víctimas se familiaricen, entre otros, con conceptos como incidente crítico, crisis psicológica, estrés postraumático, trauma psicológico y desgaste profesional por empatía, entre otros temas.