Pide Sicilia a EU poner más atención a consecuencias fatales de guerra antinarco
SAN DIEGO, Cal. (proceso.com.mx).- En lo que fue el Parque Histórico de la Amistad y que ahora es resguardado estrechamente por policías fronterizos armados que impiden a los visitantes todo contacto con mexicanos del otro lado de la muralla de acero, el poeta Javier Sicilia dio inicio a la Caravana por la Paz por Estados Unidos.
El líder del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad pidió al gobierno de Barack Obama poner más atención a las consecuencias fatales de la guerra contra las drogas.
El inicio de la caravana pacífica se dio con un evento binacional en el que participaron organizaciones de derechos humanos y de víctimas de la violencia de los dos países, pero separados por una enorme red de acero sobre la que el gobierno norteamericano puso un reglamento prohibiendo el acercamiento a la reja y todo “contacto con mexicanos”.
Ahí, Sicilia dio su primer discurso pidiendo el derribe de toda frontera y advirtiendo que la democracia en todo el mundo está en riesgo y se encuentra estancada por el crecimiento del crimen organizado.
“La guerra contra las drogas está generando formas de vida contrarias a la democracia”, afirmó en la ceremonia realizada en el Parque Histórico de la Amistad, que hasta hace unos años era el punto de encuentro libre de las familias mexicanas que viven en México y Estados Unidos y que fue sellado con vigas y una red de acero después el 2001, tras el ataque terrorista en Nueva York.
En el parque norteamericano el poeta dijo que mientras en México la guerra contra el crinen organizado ha generado 70 mil muertos, 20 mil desaparecidos y 250 mil desplazados, así como miles de viudas y huérfanos, en Estados Unidos hay dos millones de prisioneros por el simple delito de poseer unos gramos de droga, y que el comercio de drogas y armas genera entre 19 y 39 millones de dólares que se lavan en bancos de los dos países.
“Toda esta guerra está poniendo en crisis lo mejor que los Estados Unidos le ha dado al mundo: la democracia”, insistió Sicilia.
El grupo que integra la Caravana ingresó temprano a suelo estadunidense con la asistencia de las autoridades migratorias que dispusieron de una fila especial para el pase con la respectiva visa de turista.
Al llegar al Parque Histórico de la Amistad que colinda con Playas de Tijuana, separada por un alambrado de acero que se introduce hasta el mar, vigilada por rayos especiales que por las noches detectan movimientos de migrantes, los activistas fueron recibidos por el congresista de San Diego, Bob Filner.
Este legislador demócrata busca ser el alcalde de esa ciudad. Filner agradeció la presencia de la Caravana y reconoció la responsabilidad del gobierno norteamericano en la guerra contra el crimen organizado.
“Este no es un problema de México, también es de Estados Unidos, refrendamos nuestra preocupación por encontrar la paz”, dijo el congresista local.
Al acto también llegó el senador de San Diego, Juan Vargas, quien entregó a Sicilia una resolución del Congreso local reconociendo la labor del poeta en el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Dijo que las drogas se han visto como un problema de salud y social y que la estrategia establecida en Estados Unidos no ha tenido éxito y por eso tiene que cambiar.
“No hay que tener miedo, hay que parar esto, esta es una guerra contra el pueblo, no contra las drogas”, manifestó el senador Vargas.
Luego de agradecer el reconocimiento, Javier Sicilia dio inicio al acto de arranque de la caravana manifestando que el problema de las drogas debe resolverse con todas las organizaciones de la sociedad civil, desde una perspectiva humana, no prohibicionista y bélica.
Expresó que si se sigue dejando el problema sólo en las manos de los gobiernos y de las agrupaciones políticas, sólo se generará más violencia “y un mayor crecimiento de Estados que disfrazados de democracia se volverán cada vez más policiacos, militares y xenofóbicos”.
Del lado de San Diego el acto empezó con una ceremonia de concheros que danzaron al ritmo del tambor y de un caracol. Mientras que del lado de Tijuana algunas organizaciones de desaparecidos presentaba los casos que no se han resuelto desde el 2008 en Baja California.
No hubo una presencia numerosa de organizaciones sociales en el acto del lado mexicano y tampoco asistieron representantes del gobierno estatal. Sólo acudió una mujer del municipio tijuanense que decía sin cesar: “esta es una bonita caravana, hay que darle un aplauso”, mientras daba inicio a un grupo de baile folklórico.
Tras el acto de inicio de actividades, el grupo de la caravana recibió el apoyo de expolicías y exmilitares norteamericanos que forman la organización LEAP que está a favor de la legalización de las drogas en Estados Unidos, Canadá e Inglaterra.
La Caravana concluyó sus actos de este día con una misa en la Universidad de San Diego, donde Sicilia y los demás participantes recibieron la eucaristía. Luego, en la noche con un evento en el Chicano Park.
Así empezó el periplo de la Caravana mexicana por la Paz por el territorio norteamericano.
Al entrar a Estados Unidos, Sicilia externó: “Entramos a territorio estadounidense llevando en nuestro dolor y nuestro amor, esa sustancia regeneradora de la democracia, como un día los colonos del siglo XIX llevaron en sus carretas sus enseres y sus sueños”.