OAXACA, Oax. (apro).- Por lo menos cuatro casos de violaciones sexuales se han cometido en albergues escolares indígenas de la entidad, donde además se han reportado maltratos físicos y discriminación, denunció la delegada de la Comisión para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI), Concepción Rueda Gómez. Lo preocupante de los casos, sostuvo la funcionaria federal, es que siguen en la impunidad, ya que las instancias encargadas de la impartición de justicia, así como la Sección 22 del SNTE, no han procedido o encubren a los agresores. Aclaró que aunque la CDI destinó 142 millones de pesos para la operación de los 365 albergues indígenas en la entidad, mismos que atienden a una población de más de 18 mil niños en edades que oscilan entre los 6 y 15 años, los administradores son el gobierno del estado y la Sección 22. La delegada de la CDI recordó que hace un mes y medio, un niño de 7 años fue violado en tres ocasiones por tres sujetos en el interior de una de estas escuelas. Este hecho “fue la gota que derramó el vaso (porque) esto no puede seguir pasando en Oaxaca ni lo podemos seguir ocultando”, acusó Rueda Gómez. En el marco de la firma de un acuerdo con 262 alcaldes para vigilar el funcionamiento de los albergues indígenas, la funcionaria federal mencionó que otros cuatro niños también fueron ultrajados sexualmente en los últimos cuatro años, sin embargo, no se hace justicia. En el acto, desdeñado por el gobierno de Gabino Cué, la subdelegada de Desarrollo Social, Ana Gazga, agregó que los niños indígenas que habitan en los albergues también son víctimas de abusos físicos por parte del personal que asigna el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) y que son miembros de la Sección 22. Consideró que “hay un 26% de los albergues donde ningún adulto duerme con los niños, eso es muy lamentable, (porque) en algunos casos los dejan (encerrados) con llave” y quedan en desventaja ante cualquier imprevisto. Insistió en que “ha habido casos de abuso sexual por parte del personal, aunque también se supo que en un albergue el maestro le pedía a las niñas que se bañaran en el patio, ya que se tardaban mucho si se bañaban en el baño”. Y un asunto más de discriminación de género en los albergues escolares indígenas es que a las niñas las hacen levantarse más temprano para hacer tortillas y, cuando a los niños los dejan ir a jugar, a las adolescentes las meten a la cocina. Ello sin contar que tanto niños y niñas viven en condiciones insalubres, mal alimentados, pues la mejor comida se reserva para los adultos; en algunos lugares, incluso hasta los médicos llegan a comer sin dar alguna consulta.