Alerta Greenpeace sobre nuevo proyecto turístico en Cabo Pulmo
MADRID (apro).- A dos meses de la cancelación del megaproyecto turístico Cabo Cortés, una empresa española lanzó un nuevo plan turístico en la reserva marina de Cabo Pulmo que, a decir de Greenpeace, se trata de “refrito” del cancelado e igual de “depredador” y de “amenazante”.
Aunque la organización no gubernamental no lo dice, el nuevo proyecto denominado Pericúes fue presentado para su aprobación por el Grupo de Construcción y Concesiones OHL, la empresa constructora española consentida del gobierno del Estado de México durante el mandato de Enrique Peña Nieto, quien obtuvo el mayor número de votos en la pasada elección presidencial.
Las mega-obras de ese gobierno mexiquense –entre ellas el viaducto Bicentenario– fueron concesionadas a OHL, empresa que también ha recibido múltiples contratos de obra de infraestructura y concesión del gobierno de Felipe Calderón, y de la administración capitalina que encabeza Marcelo Ebrard.
Este no es el primer proyecto turístico en el que participa OHL en México. Desde hace años tiene el desarrollo turístico Mayakoba, en la Riviera Maya, Quintana Roo, que la propia empresa define como un “desarrollo costero de alta calidad” para turismo de alto standing. Además, ha anunciado proyectos adicionales en la región.
Pese a que instancias del gobierno e Felipe Calderón ofrecieron todas las facilidades a la empresa que originariamente presentó el proyecto –Hansa-Urbana–, la oposición de diversas agrupaciones ambientalistas y más de 220 firmas provenientes de todo el mundo, que se oponían al proyecto, obligaron al presidente mexicano a anunciar, el pasado 15 de junio, que el proyecto quedaba cancelado.
Lo hizo orillado por la creciente oposición al proyecto de la empresa levantina Hansa-Urbana, que pretendía construir alrededor de 30 mil cuartos de hotel y una zona residencial, así como campos de golf en una zona de baja densidad de agua para el consumo humano.
La zona de Cabo Pulmo, originalmente explotada por sus pobladores mediante la pesca exhaustiva, ha sido conservada por ellos mismos al realizar un viraje de sus actividades y promover el eco-turismo, porque la zona está clasificada como la mayor reserva natural del norte del Continente.
Los opositores, entre ellos los habitantes y organismos como Greenpeace y el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), entre muchos otros, lograron documentar la afectación que un proyecto de esas características generaría para la reserva natural.
No obstante, durante su anuncio de cancelación, Calderón dejó abierta la puerta para que el proyecto fuera preservado, al señalar que su gobierno está “en la mejor disposición de acompañar a los interesados, que tienen un derecho legítimo sobre tales predios, si es que ese es su interés, a construir un nuevo proyecto que permita generar beneficios a los habitantes de la zona a partir del turismo”.
Y, efectivamente, así sucedió. En la comunicación de Greenpeace-México se menciona que, a dos meses de que se logró detener “uno de los megaproyectos más depredadores de nuestro país, Cabo Cortés, la reserva marina de Cabo Pulmo está amenazada una vez más por un nuevo proyecto turístico”.
Señala que, desafortunadamente, el pasado lunes 20 fue presentado ante la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) un nuevo proyecto llamado Pericúes que “no es mas que una nueva versión, un refrito de Cabo Cortés”.
“Unos cuantos cuartos de hotel y unos hoyos de golf menos, pero igual de depredador. ¡No podemos permitir que se autorice!”, apunta la organización.
“Una vez más –prosigue—tenemos que hacer que las autoridades escuchen nuestra voz, ahora con más fuerza”.
Y recuerda que como parte del proceso de evaluación, la Semarnat puede realizar una consulta pública para que los ciudadanos se expresen. De hecho, a través de las redes sociales ya ha iniciado una andanada de opiniones dirigidas al secretario de esa dependencia, Juan Elvira, para que abra un proceso de consulta sobre el tema del proyecto en Cabo Pulmo.
Al oponerse al “turismo depredador”, la organización alude a una ingeniosa modificación del dicho mexicano: “Aunque Cabo Cortés se vista de seda, megaproyecto depredador se queda”.