MÉXICO, D.F. (apro).- Un día después de rendir cuentas ante la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) del sexto y último año de su gestión, el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, desfiló ahora ante los suyos, sus principales colaboradores, invitados especiales y –ahora sí– su sucesor en el GDF, Miguel Ángel Mancera, en el Auditorio Nacional. Sin voces discordantes, sin reclamos de ninguna especie, como el día anterior en la ALDF, Ebrard confirmó sus aspiraciones presidenciales para el 2018, no sin antes dejar en claro de antemano que será una “larga, importante y difícil tarea” alcanzar la candidatura de las izquierdas. Acompañado por su esposa Rosalinda Bueso, Ebrard repitió el mensaje que leyó un día antes en la ALDF: enlistó avances de su gobierno, en especial en el tema de seguridad pública y reconoció que uno de los “artífices y partícipes” del programa de seguridad del Distrito Federal fue quien lo sucederá en diciembre próximo, Miguel Ángel Mancera Espinosa, presente en el evento. “Mi principal preocupación era mantener a la ciudad al margen de la violencia que hay en el resto del país”, confió Ebrard. Y como prueba de ello resaltó que durante su sexenio los índices de delitos de alto impacto se redujeron 11%, mientras que en el país se fueron a la alza aproximadamente un 40%. “Nunca he sido un hombre mezquino”, dijo Ebrard, para dar un reconocimiento al gobierno federal por la asignación de 2 mil millones de pesos para la construcción de la línea 12 del Metro, y dio respuesta a quienes le han preguntado qué será de él una vez que deje el gobierno capitalino: “Lo que sigue es seguir luchando por lo que hemos creído, (…) mostrar que lo que se ha logrado aquí puede generalizarse en todo el país,  (…) trabajar por la unidad de las fuerzas progresistas, (…) defender a la ciudad por los intereses mayoritarios”, señaló Ebrard. Marcelo Ebrard, quien hace un año manifestó que participaría en la encuesta encomendada por el PRD para elegir al candidato presidencial, en esta ocasión, más tranquilo, advirtió que su aspiración será trabajada todos los días “con paciencia y perseverancia” para “lograr la victoria” en 2018. Ebrard se refirió a sus aspiraciones ante un público mayoritariamente compuesto por funcionarios públicos, burócratas y beneficiarios de programas sociales, quienes aplaudieron cada vez que el gobernante los mencionaba. También por miembros del cuerpo diplomático, legisladores federales y locales, así como el gobernador de Sinaloa, Manuel López Valdez; y el dirigente nacional del PRD, Jesús Zambrano. Entre los empresarios, el jefe de Gobierno destacó la presencia del director de Telmex, Héctor Slim, a quien agradeció su colaboración para la instalación de Internet en todas las escuelas públicas del Distrito Federal. Reconoció que lo que sigue para él es “una larga, importante y difícil tarea política para que pueda participar como candidato”. Los cerca de miles de asistentes al Auditorio Nacional correspondieron el anuncio con un largo aplauso. En un escenario austero, la ceremonia fue precedida por ejecuciones de música mexicana a cargo de la Orquesta de Alientos de la Ciudad de México, y al término, por canciones rancheras interpretadas por el tenor Fernando de la Mora, quien estuvo acompañado por el mariachi Gamamil. El tenor, quien interpretó entre otras canciones, El Rey, de José Alfredo Jiménez, dedicó al mandatario saliente el tema Mi ciudad, de Guadalupe Trigo. “La Ciudad de México es maravillosa, aunque hay quien diga lo contrario, pero es ahora esta ciudad donde se está mejor en este país”, dijo De la Mora, a Ebrard Casaubón.