MÉXICO, D.F. (apro).- El pasado lunes 21, la juez penal de Cuautla, Morelos, Dora María Rodríguez Pineda llevó a su hijo al colegio, como todos los días. De vuelta a su casa en su Sentra gris, un vehículo le cerró el paso. A punta de pistola, tres sujetos la amagaron, la despojaron de sus pertenencias y le ordenaron que se metiera en la cajuela. Asustada, la juez cumplió todas y cada una de las exigencias de los plagiarios. Uno de los delincuentes se puso al volante de su auto y después ya no supo nada. Después de tres horas, Rodríguez Pineda fue encontrada por la policía en la cajuela de su auto que fue abandonado en el poblado de Ocotepec. Los uniformados escucharon gritos de auxilio y al acercarse al sitio de donde provenían se dieron cuenta que los gritos salían de la cajuela del auto. Ya liberada, la juez relató lo ocurrido. A solicitud de la víctima, la policía estatal le ofreció vigilancia a ella y a su familia. Luego de los hechos, la presidenta del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Nadia Luz María Lara Chávez, afirmó que la privación ilegal de la libertad de la juez Dora Rodríguez es un hecho desafortunado y circunstancial que no está relacionado con sus funciones como encargada de la sala de juicios orales penales en Cuautla.