Reaccionan tarde autoridades en Guerrero: ofrecen vigilancia tras alzamientos

martes, 22 de enero de 2013 · 21:39
ATLIACA/ACATEMPA, Gro. (apro).- Luego de que indígenas nahuas de dos comunidades del municipio de Tixtla de Guerrero, decidieron tomar las armas para expulsar a bandas delincuenciales que operan en este lugar de la región Centro de la entidad, y abatieron a un presunto delincuente y detuvieron a otro más, autoridades estatales y federales se comprometieron a reforzar la seguridad en esta zona. Durante una reunión realizada en la comisaría de Atliaca, las autoridades gubernamentales se comprometieron a entregar dos patrullas; capacitar a un grupo de 15 habitantes de la zona que serán habilitados como policías comunitarios; implementar el programa de Escuela Segura; cancelar permisos para establecimientos denominados “giros rojos”; e implementar patrullajes dirigidos por el Ejército y la Policía Preventiva Estatal (PPE). En tanto, los habitantes de Atliaca asumieron el compromiso de retirar los retenes que implementaron desde ayer, así como abstenerse de bloquear la carretera que une a la cabecera municipal, Tixtla, con los poblados sublevados y limitarse a mantener “puntos de vigilancia”, en coordinación con el Ejército y la PPE. No obstante, la agencia Apro constató que los habitantes de Atliaca y Acatempa mantuvieron los retenes y las revisiones sobre la carretera que une el municipio de Tixtla y Mártir de Cuilapan. En el encuentro realizado esta mañana en la comunidad indígena, estuvieron presentes, por el gobierno estatal el secretario de Seguridad Pública, Guillermo Jiménez Padilla; la procuradora de Justicia, Martha Garzón Bernal, y la subsecretaria de Gobierno de Desarrollo Político, Rosana Mora Patiño. Además, el alcalde perredista de Tixtla, Gustavo Alcaraz Abarca; el comandante de la Policía Federal en la región Centro, Salvador Bautista Vázquez; y el coronel Rafael Hernández Nieto, en representación de la 35 Zona Militar. En representación del pueblo de Atliaca, estuvo el comisario Octavio Ojeda Granado, así como 12 ciudadanos de diferentes barrios de este poblado. La reacción de autoridades gubernamentales en esta zona indígena del municipio de Tixtla, se dio luego de que ayer por la tarde, al menos 200 hombres armados y encapuchados decidieron instalar puestos de vigilancia en las entradas y salidas de esta pequeña población. La decisión de los pobladores se tomó luego de que habitantes y policías municipales de Tixtla detuvieron a siete personas señaladas como presuntos secuestradores, entre ellos seis estudiantes de bachillerato y una mujer, informaron autoridades municipales. En un momento, los enardecidos pobladores intentaron linchar a las personas detenidas; no obstante las autoridades locales lograron llevarse a los estudiantes y la mujer a la delegación de barandilla; posteriormente fueron puestos a disposición de autoridades ministeriales para que definan su situación jurídica, informó el director de Seguridad Pública de Tixtla, Rubén Reyes Zepeda. Por la noche de ayer, los civiles armados de Atliaca acordaron asumir la vigilancia de esta comunidad y demandaron la instalación de un puesto permanente del Ejército. Los pobladores justificaron esta medida argumentando que una banda de secuestradores y extorsionadores operan impunemente en esta zona. A la fecha, se tiene un registro de dos personas plagiadas y decenas de comerciantes obligados a entregar dinero a los delincuentes, “por concepto de cuota”. Cerca de las 21:00 horas de ayer, autoridades municipales arribaron al poblado para informarles que el gobierno estatal ofreció un acercamiento, a través de la Procuraduría General de Justicia, y los exhortaron a presentar las denuncias correspondientes. El alcalde Gustavo Alcaraz Abarca lamentó la situación y justificó la incompetencia, al señalar que la Dirección de Seguridad Pública está conformada por 20 policías municipales y cuatro patrullas. En respuesta, los habitantes rechazaron acudir a la dependencia estatal argumentando que “de nada sirve denunciar” porque las autoridades simplemente son omisas; y anunciaron que ellos mismos expulsarán, a sangre y fuego, a los delincuentes de este poblado. En tanto que los pobladores de Atliaca mantuvieron los retenes en entradas y salidas de la comunidad, a los que se sumaron habitantes de la comunidad de Acatempa, y realizaron recorridos de vigilancia en la zona. Durante la madrugada, un grupo de jóvenes que se desplazaba a bordo de una unidad de transporte público, ajena a la zona porque cubre la ruta Chilpancingo-Chilapa, fue interceptado por los civiles armados. Este incidente dejó un saldo de un joven detenido y otro abatido a tiros, cuyo cuerpo permaneció tendido sobre una polvorienta calle hasta las 11:00 horas de este martes, cuando los restos humanos fueron levantados por personal del Servicio Médico Forense. A la par del dramático hecho que era observado por mujeres y niños, arremolinados sobre los restos del joven acribillado, las autoridades gubernamentales anunciaban el reforzamiento de la seguridad en esta zona. Con esta nueva expresión de inconformidad, suman tres los movimientos ciudadanos de autodefensa armada que se registran en lo que va de este año en diferentes puntos de la entidad. Después de que pobladores de la región de la Montaña decidieron armarse el año pasado para enfrentar directamente a la delincuencia; el ejemplo fue replicado en la región de Costa Chica, donde habitantes de cinco municipios desde hace tres semanas mantienen retenes y están realizando detenciones de presuntos delincuentes. La semana pasada, pobladores de Iguala y Teloloapan, también decidieron armarse para asumir las funciones de Seguridad, ante los constantes secuestros y extorsiones. Y ahora, ciudadanos indígenas de la región Centro intentaron linchar a presuntos delincuentes y asumieron la vigilancia de la comunidad de Atliaca.

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