MÉXICO, D.F. (apro).- Ante la serie de obstáculos legales con los que se ha topado para poder recuperar a sus hijos, Maude Versini anunció hoy que acudirá a la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en busca de alcanzar la justicia que no ha encontrado en México. En declaraciones a Radio Red, la exesposa de Arturo Montiel dijo: "Ha sido sumamente difícil tener acceso a una justicia justa y desafortunadamente hoy está claro que la justicia del Estado de México está bajo influencias, entonces no me queda más que presentar una queja ante la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos, aquí en Washington, para pedir que justamente se otorguen, porque es mi única posibilidad, las medidas concretas e inmediatas, unas medidas cautelares que me pudieran permitir convivir con mis hijos". Versini dejó de ver a sus hijos hace 23 meses, cuando viajaron de vacaciones de Francia a México para reunirse con su padre, el exgobernador del Estado de México, Arturo Montiel, quien los mantiene bajo su custodia desde entonces e inició los trámites legales correspondientes para quedarse con ellos bajo el supuesto de que su madre los maltrata. A pesar de las gestiones realizadas para poder ver a sus hijos, la ciudadana francesa se ha estrellado con un muro legal. En septiembre pasado, en respuesta a las medidas cautelares solicitadas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), el Tribunal Superior de Justicia del Estado de México (TSJEM) le concedió dos horas para encontrarse con sus hijos. "Estoy emocionada, ya de nuevo un poquito de felicidad en mi vida, es un primer paso, estoy muy consciente de que la batalla no ha sido ganada. Estaba esperando este momento desde hace tantos días, desde hace tanto tiempo, que no lo creo”, dijo a Carmen Aristegui en Noticias MVS, el 12 de septiembre, cuando conoció la decisión del (TSJEM). La madre de Alexi, Adrián y Sofía afirmó que eso era un primer paso, sin embargo, admitió que sentía temor por la reacción que tendrían los menores. “No sé cómo me vaya a ir, no sé cómo vamos a restablecer los lazos, porque tengo que romper con esa alienación parental y para eso necesito convivir con los niños, pero me otorgan una visita de dos horas con dos policías, no sé cómo me va a ir (…) Creo que los niños van a llegar muy enojados conmigo, muy preparados, muy condicionados desde hace tanto tiempo, y tengo miedo”, señaló en aquella ocasión. Prosiguió: “También hay que ver que el padre no se vaya a oponer a esta decisión, argumentando no sé qué. Yo me preparo a todo, como (Montiel) todo lo contradice e impide que se ejecuten las decisiones, yo casi espero que se vuelva a oponer como siempre lo ha hecho desde un principio”, subrayó. Incluso, manifestó que los psicólogos expertos en alienación parental le habían dado muchas claves y le habían recomendado no tocar a sus hijos cuando los viera porque “van a venir muy asustados y debo ir con mucha precaución. Estoy soñando desde hace unas horas y ver cómo voy a recordarles nuestras vidas juntos, no sé cómo me vaya a ir, tengo mucho miedo”, insistió. Sin embargo, el esperado encuentro nunca se concretó por otra argucia legaloide de Montiel. Versini viajó a Francia y allá recibió la noticia de que el día siguiente tendría la reunión con sus hijos. Por todas esas razones, Maude Versini aseguró que la CIDH es la única instancia que puede ayudarla a recuperar a Alexi y los gemelos Adrián y Sofía. "Estamos por presentar esta queja de manera oficial el día de mañana. A primera hora tenemos cita con los integrantes de la Comisión. Y, bueno, pues tengo mucha fe de que aquí a nivel internacional puedan hacer algo y se haga justicia", sostuvo. Versini dijo que se encuentra ya desesperada, pero no por ello, agregó, se dará por vencida para recuperar a sus tres hijos. "Estoy ahorita desesperada y voy a seguir luchando, por eso estoy acudiendo ya a los foros internacionales, que son los únicos que me van a poder ayudar", afirmó. Añadió: "No, no me voy a dar por vencida nunca". Además, consideró inaceptable que la jueza haya estipulado que los menores tienen la edad y madurez suficiente para decidir dónde y con quién vivir.