Revelan que exsocios de empresario belga lo amenazaron de muerte
CHILPANCINGO, Gro. (apro).- El director general división Latinoamérica de la compañía de origen belga Grupo Sarens, Jan Karen María Sarens –quien fue ejecutado la tarde del sábado en Acapulco– habría sido amenazado de muerte por sus exsocios, los propietarios de otra compañía denominada Grúas Ojeda, por un litigio relacionado con el incumplimiento de contratos.
Lo anterior fue revelado por el mismo corporativo, a través de un comunicado emitido este lunes en su portal de Internet, donde narra la confrontación legal entre ambas empresas dedicadas a la operación de maquinaria pesada para la construcción:
“Poco tiempo después del inicio de las actividades del Grupo en México, Sarens fue víctima de fraude de su entonces socio, la empresa mexicana Grúas Ojeda. Este conflicto dio lugar a una larga lucha jurídica, que fue resuelto a favor de Sarens, pero la sentencia aún no ha sido ejecutada.”
Luego, Grupo Sarens indica que: “El exsocio (Grúas Ojeda), no cumplió con sus obligaciones de reembolso y la compañía volvió a interponer un recurso legal ante autoridades judiciales; enseguida fueron amenazados de muerte el señor Sarens y el director del corporativo en México.”
Por ello, la familia Sarens y el Grupo Sarens demandaron a las autoridades mexicanas y belgas el esclarecimiento pleno de este crimen y la detención de los culpables, de acuerdo con el comunicado que se puede consultar en la siguiente liga: http://www.sarens.com/en/news/jan-sarens.aspx.
Ayer por la noche en Acapulco, el vocero del gobierno estatal, Arturo Martínez Núñez, convocó a medios de comunicación para leer un comunicado donde informó que las autoridades ministeriales tenían dos líneas de investigación como posibles móviles de la ejecución del empresario belga: la venganza personal y el robo.
El asesinato del empresario belga, quien radicaba en la Ciudad de México y era propietario de una suite en el exclusivo fraccionamiento Pichilingue ubicado en la zona Diamante de Acapulco, se suma a la agresión sexual en contra de seis turistas españolas registrada a principios de este mes en una casa de playa en la parte oriente del puerto.
Ambos crímenes contra extranjeros, así como los asesinatos, secuestros y extorsiones que se cometen diariamente, tienen hundido al puerto de Acapulco en una crisis de imagen hacia el exterior y exhiben el grado de impunidad y violencia que prevalece en el principal destino turístico de la entidad.