El Papa canonizará este domingo a la beata mexicana Guadalupe García Zavala

viernes, 10 de mayo de 2013 · 14:30
MÉXICO, D.F. (apro).- En una magna ceremonia que se realizará el próximo domingo 12 en el Vaticano, el papa Francisco canonizará a la religiosa mexicana María Guadalupe García Zavala, quien auxilió a los combatientes enfrentados durante la guerra cristera de fines de los años veinte del siglo pasado. Con ello, García Zavala, conocida como la madre Lupita, pasará a engrosar la lista de los santos y beatos mexicanos que padecieron o participaron en esa cruenta lucha ocurrida durante la presidencia del general Plutarco Elías Calles, y que enfrentó al gobierno con la Iglesia católica. A través de un comunicado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) dijo sobre la canonización: “Es un regalo extraordinario que nos llena de esperanza; nos hace descubrir que la santidad, que consiste en la perfección del amor a Dios y al prójimo, no es una meta inalcanzable, sino algo a lo que podemos llegar, si respondemos con generosidad a la gracia divina”. Asimismo, hizo un llamado a todos los obispos, sacerdotes y fieles católicos del país para que difundan la labor piadosa de la nueva santa mexicana. Por separado, el sacerdote José de Jesús Aguilar, encargado de radio y televisión del arzobispado de México, hizo la siguiente aclaración: “La madre Lupita no puede ser calificada como cristera, no solo porque no entró en la lucha armada, sino también porque no tomó partido, e incluso ayudó a gente de ambos lados”. Aclaró que tampoco fue víctima de dicho enfrentamiento, por lo que no puede considerársele una mártir cristera. La CEM, en una breve biografía, señala que la madre Lupita nació en Zapopan, Jalisco, el 27 de abril de 1878, en el seno de una familia de buen nivel económico. Muy joven optó, dice, por la vocación religiosa y fundó la Congregación de las Siervas de Santa Margarita María y de los Pobres. “A pesar de que el ambiente de la época era sumamente difícil a causa de la persecución religiosa, la madre Lupita supo vencer al mal con el bien. Junto a sus hermanas de comunidad protegió en el hospital al arzobispo de Guadalajara y a algunos sacerdotes. Además, a los soldados persecutores les daba alimento y curaba sus heridas. Por eso, los soldados no solo no molestaron a las religiosas, sino que hasta las defendieron, al igual que a los enfermos”, añade. La madre Lupita falleció en Guadalajara el 24 de junio de 1963, a los 85 años de edad. Al momento de su muerte, mucha gente se congregó para venerar sus restos mortales, porque ya desde entonces se le consideraba una santa. Después de 50 años de su muerte, el Vaticano finalmente la lleva a los altares.

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