Académicos y artistas presentan impugnación contra la reforma energética
MÉXICO, D.F. (apro).- Un grupo de 23 intelectuales y ganadores del Premio Nacional de Ciencias y Artes promovieron un amparo contra la reforma energética, pues aseguran que las modificaciones a los artículos 25, 27 y 28 constitucionales “adolecen de un grave vicio de origen, ya que fueron votados con enorme premura por los legisladores federales y estatales”.
Se trata de los escritores José Emilio Pacheco, Vicente Leñero, Sergio Pitol, Luis Villoro, Vicente Rojo, Fernando del Paso, Margo Glantz, Hugo Hiriart, José Agustín; los escultores Manuel Felguérez y Federico Silva; los cineastas Felipe Cazals, Paul Leduc y Jorge Fons; la fotógrafa Graciela Iturbide; los músicos Oscar Chávez y Javier Álvarez; los investigadores Jorge Alberto Manrique y Soledad Loaeza; el historiador Lorenzo Meyer; el astrónomo Manuel Peimbert; la filóloga Margit Frenk, y el catedrático Hugo Gutiérrez Vega, todos ganadores entre 1921 y 2013.
Ellos aseguran, en un comunicado dirigido a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y a la opinión pública, que la aprobación de la reforma energética (decretada el pasado 20 de diciembre y publicada en el Diario Oficial de la Federación) prefigura formas de ejercicio del poder público que dañan a la sociedad y hacen retroceder a México a los tiempos del autoritarismo:
“Entre otros puntos cuestionables, dichos cambios adolecen de un grave vicio de origen, ya que fueron votados con enorme premura por los legisladores federales y estatales, sin darse siquiera el tiempo necesario para efectuar el análisis indispensable para una reforma de tal trascendencia, y en algunos casos ni siquiera para leerlos, llegando a constituir el contrasentido de tener Parlamentos sin parlamento y sin, por otra parte, proporcionar información clara y veraz a los ciudadanos, que somos los principales afectados”.
También argumentan que el decreto de la reforma constitucional energética viola las bases previstas en el artículo 135 de la propia Carta Magna.
“Acudimos a un amparo de doble instancia, con el objeto de que la Suprema Corte de Justicia de la Nación ejerza la facultad de atracción que le concede el artículo 40 de la Ley de Amparo, por tratarse de un caso en el que subyace una cuestión de constitucionalidad, a fin de que se pronuncie, con plena jurisdicción, en torno a la sustancia de nuestro recurso de amparo.
“Más allá de su contenido y de sus efectos en la soberanía nacional, la economía, la vida política y la cultura de nuestro país, sostenemos que con procedimientos como los realizados para asegurar la irreflexiva aprobación de la reforma energética, se prefiguran formas de ejercicio del poder público que dañan a la sociedad y hacen retroceder peligrosamente a México a los tiempos del autoritarismo que dábamos por superados”.
Luego justifican la decisión de proceder a un amparo con base en el siguiente ejemplo:
“Procede recordar por ser un precedente ineludible, que la Corte a quien hoy nos dirigimos, declaró inválidos en noviembre de 2008 varios decretos legislativos promulgados en el estado de Colima por incumplir con los principios democráticos que sustentan la forma de gobierno, al ser resultado de un proceso sumario en el que los legisladores no tuvieron tiempo para su real revisión y análisis, como es el caso para la reforma que hoy impugnamos”.
Y finalizan con una frase de José María Morelos y Pavón: “Que todo el que se queje con justicia, tenga un tribunal que lo escuche, ampare y lo defienda contra el arbitrario”.