Preocupa más a Obama violencia en Ucrania que la Cumbre

miércoles, 19 de febrero de 2014 · 20:13
TOLUCA, Edomex. (apro).- A la llamada Cumbre de Líderes de América del Norte –que se llevó a cabo en esta desierta capital mexiquense–, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, llegó con otras preocupaciones y prioridades. La Cumbre, que en esta sexta edición en 10 años lleva como lema “América del Norte del siglo XXI, construyendo la región más competitiva y dinámica del mundo”, fue relegada por el mandatario estadunidense a un segundo término. Y así lo dejó ver en un breve encuentro del propio Obama y el presidente Peña Nieto con un grupo de reporteros gráficos. Después de unas breves palabras de agradecimiento al mexicano, por su hospitalidad, y de felicitarlo por las reformas aprobadas el año pasado –“muy prometedoras para que México sea más competitivo y se den más oportunidades a su pueblo”, le dijo–, pidió “permiso” a Peña para “decir algo acerca de la situación de Ucrania, que obviamente ha captado la atención de todo el mundo”. Pero ese “algo” se extendió por varios minutos: el triple de tiempo que ocupó para los agradecimientos y una vaga mención a la necesidad de integrar, “de una manera más eficaz” las economías de los tres países. Obama aprovechó, pues, para condenar públicamente, “en los términos más fuertes, la violencia que se está dando en ese lugar (Ucrania)”. El martes 18, en Kiev, la capital de esa exrepública soviética, se suscitó una multitudinaria y cruenta protesta contra el presidente Víktor Yanukóvich, con un saldo de 30 muertos. Ante las cámaras, y con Peña Nieto al lado –siempre nervioso, chocando insistentemente las yemas de los dedos de ambas manos–, Obama se dirigió al mundo y, en particular, al gobierno ucraniano, con palabras no exentas de amenazas implícitas: “Estados Unidos condena, en los términos más fuertes, la violencia que se está dando en ese lugar. “Y estamos profundamente trabajando en un diálogo profundo con nuestros colaboradores en Europa, incluido el gobierno de Ucrania, la oposición ucraniana, para cerciorarnos de que la violencia llegue a su fin. “Y nosotros responsabilizamos al gobierno ucraniano para asegurarse de que los manifestantes que se están manifestando, protestando de manera pacífica, sean tratados de manera apropiada por parte del gobierno. “Nosotros queremos que el pueblo ucraniano tenga la libertad de asociación, libertad de expresión, sin temor a represalias de parte del gobierno. “Y quiero que quede claro que estaremos trabajando en los próximos días para estar monitoreando la situación de manera muy cuidadosa para cerciorarnos de que el gobierno ucraniano esté actuando con cuidado, con atención, que no recurra a la violencia en contra de manifestantes pacíficos, pero que también los manifestantes pacíficos tengan la expectativa de que se mantengan pacíficos. “Y estaremos trabajando y monitoreando la situación para que ellos, el gobierno y los manifestantes tengan la certeza de que habrá consecuencias si no actúan de la manera apropiada. “Y eso incluye cerciorarnos de que las fuerzas armadas ucranianas no intervengan en una situación en la que se puede llegar a una solución pacífica con los civiles. “Nosotros mantendremos el diálogo con todos los lados involucrados en esta disputa. Nuestro interés, a fin de cuentas, es que el pueblo ucraniano pueda expresar sus deseos de manera libre. “Y la mayoría de los ucranianos, nos parece, están interesados en una mayor integración con Europa a nivel de intercambios comerciales y culturales, y que su expectativa es una que puede conllevar a más oportunidades y prosperidad.” En contraste, el presidente mexicano, que tomó la palabra antes de Obama, fue más casero: “Sea bienvenido, señor presidente. Esta es su casa”, le dijo, no sin antes dirigirse al estadunidense en un tono más de empleado de aquél: “Por eso, señor presidente, vamos a trabajar con plena convicción de lo mucho que podemos hacer en esta ruta –hacer de Norteamérica, una región “más competitiva, centro de gran desarrollo y gran progreso en el mundo”–, y con el gusto de recibirle aquí, en México, particularmente en mi estado natal, en el Estado de México, y en su ciudad capital, que es Toluca. Más tarde, al término de una reunión con empresarios, académicos e intelectuales, los tres mandatarios dijeron algunas palabras. Harper y Obama, cuando se dirigían al presidente mexicano, le decían “Enrique”.

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