Despiden miles a Edgar Tamayo en Miacatlán

domingo, 2 de febrero de 2014 · 23:40
MIACATLÁN, Mor. (proceso.com.mx).- Los restos del morelense Edgar Tamayo fueron sepultados esta tarde en el panteón del pueblo. Antes, en una misa el obispo Ramón Castro acusó al gobierno texano de haber cometido una injusticia que indigna. El cuerpo de Edgar fue sacado de su casa alrededor de las 15:40 horas. Miles de habitantes acompañaron el cortejo fúnebre que se dirigió a la iglesia donde se celebró una homilía. En plena misa el obispo Ramón Castro dijo a los asistentes que Edgar fue víctima de la maldad del hombre representada en la justicia texana que no acató el fallo de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), que observó dos circunstancias importantes. Una, dijo, es el hecho de que en el juicio se probó con la prueba de Harrison que él no disparó armas de fuego, al resultar negativo a la pólvora. Y segunda, que el gobierno de Texas incumplió con lo ordenado por la CIJ, al negarse a suspender 51 ejecuciones más de mexicanos. Al término de la misa, subió al altar Teodoro Bello para cantar Inyección letal, pieza que compuso a propósito de la situación que vivió el morelense en la cárcel durante 20 años. Todos guardaron silencio y sólo se escuchó la voz del compositor de “narcocorridos”. Más tarde lo llevaron al corral de toros, le dieron una vuelta para después colocarlo al centro del ruedo. Carlos, ambientador en las plazas de toros, a gritos pidió a los reporteros que grabaran sin miedo su mensaje. “Graben sin miedo, queremos decirle al presidente Enrique Peña Nieto, que no reciba al presidente de Estados Unidos que viene ahora en febrero”. Otras voces se sumaron. Los padres de Tamayo Arias guardaron silencio durante todo el camino, el llanto se les acabó en 20 años de esperar a su hijo. Ya en el panteón, con poca luz, un dueto norteño despidió a Edgar con Inyección letal. “Los canijos gringos me tienen cautivo siendo inocente, sin tener delito a mí me aplicaron la pena de muerte, todo el mundo sabe que a veces se exceden su infame injusticia, y a su paso matan a gente inocente, hay muchos racistas. “El mojado sueña la gloria y el triunfo al dejar su tierra, y de mil maneras arriesga su vida al cruzar la frontera, yo caí en sus redes buscando fortuna en la tierra gabacha, solamente Dios sabrá si regreso de nuevo a mi patria. “Un montón de rejas impiden mi paso para regresar, ya salió en la prensa que en muy poco tiempo me van a matar dónde está mi gente yo quiero que escuche que ponga atención que a veces los gringos aplican sus leyes sin haber razón”, dice la canción también interpretada por el grupo los Tigres del Norte. Ya con menos luz fueron quedando sólo familiares. El profesor Héctor Tamayo y su esposa seguían igual, en silencio, sólo viendo la partida de su Edgar.

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