Madero y Cordero inician carrera por la dirigencia... y rescate del PAN
MÉXICO, D.F. (apro).- En una contienda marcada por la corrupción, que implica a unos y a otros, y con prédicas que desmienten las prácticas, Gustavo Madero y Ernesto Cordero iniciaron hoy sus respectivas campañas por la presidencia del Partido Acción Nacional (PAN).
Madero arrancó su campaña en el Estado de México, arropado por el grupo que controla el PAN estatal y que es dócil al gobierno mexiquense desde que Enrique Peña Nieto era el gobernador. El presidente estatal Óscar Sánchez es, además, un confeso admirador del magnicida nazi Adolfo Hitler.
En el municipio de Huehuetoca, gobernado por el panista Benito Jiménez, Madero se hizo acompañar del diputado local Ulises Ramírez, acusado por sus adversarios panistas de enriquecimiento inexplicable, de someter al PAN al gobierno estatal y hasta de tener nexos con el crimen organizado.
Expriista experto en clientelismo político, Ulises Ramírez fue coordinador de la campaña de Felipe Calderón en el Estado de México, en 2005, y fue clave para que éste ganara la candidatura presidencial, por lo que fue impulsado para ser senador y luego coordinador de asesores de Juan Camilo Mouriño en la Secretaría de Gobernación.
En el acto de Huehuetoca, la especialidad de Ulises Ramírez fue evidente: miles de panistas fueron acarreados en autobuses, mientras Madero habló, como adelantó su equipo de campaña en un comunicado, “de la viabilidad de la plataforma de su campaña, alejada de golpes y descalificaciones”.
Madero estuvo acompañado por su compañero de fórmula, Ricardo Anaya, exsecretario particular del gobernador Francisco Garrido Patrón, exgobernador de Querétaro, donde mañana continuará su campaña.
Según un comunicado de su equipo de campaña, “durante 60 días Madero recorrerá todo el país y llevará un mensaje de unidad para recuperar los valores tradicionales del panismo, como la subsidiaridad, el bien común, la defensa de la dignidad de la persona y la equidad”.
Por su parte, el senador con licencia Ernesto Cordero inició su campaña con un acto en la Rotonda de las Personas Ilustres, donde yacen los restos del fundador del PAN, Manuel Gómez Morín, cuyos valores y principios prometió rescatar.
Con él estuvieron subordinados de Felipe Calderón en el gobierno, o parientes, como la senadora Luisa María Calderón y Mariana Gómez del Campo, así como Roberto Gil Zuarth y Maximiliano Cortázar, su exsecretario particular y exvocero, respectivamente.
También asistieron el expriista poblano Javier Lozano, exsecretario del Trabajo, y Manuel Minjares, el personaje que maneja el patrimonio de Calderón.
En su discurso, Cordero se volvió intérprete de Gómez Morín y prometió ser presidente del PAN para servir al partido y a México y no para llenarse las alforjas, en referencia a Madero, quien al registrase aseguró tener “las alforjas llenas”.
“Manuel Gómez Morín siempre pensó en un partido para servir y no en un partido para servirse de él. Siempre clamó y esgrimió, aun ante la burla del oficialismo detractor, que la acción política y el poder eran para servir y para dar sin reserva alguna, y no para llenar los bolsillos y las alforjas de nadie”, expresó.
Más tarde, en Querétaro, Cordero afirmó que quiere presidir el PAN para recuperar la mística y el poder. “Hoy empieza la recuperación de Acción Nacional para volver a gobernar México”, proclamó.
Y pese a los escándalos de corrupción de Juan Manuel Oliva en su gobierno en Guanajuato, su compañero de fórmula, añadió:
“Hemos perdido la honestidad a la hora de hacer política. Hoy es el momento de recuperar la honestidad. Es el momento de decir que en el PAN somos muchos más los honestos”.
Afirmó que si él llega a presidir el PAN “tengan la certeza de que no habrá ni designaciones ni imposiciones desde el centro”, pero fue él uno de los secretarios del gobierno de Calderón que avaló las imposiciones de Germán Martínez, César Nava y hasta de Madero en ese partido, y él mismo se benefició como senador de las designaciones.
“Si nosotros hubiéramos querido aplaudirle a Enrique Peña Nieto hubiéramos militado en el PRI. Por eso les pido recuperar el orgullo de ser panistas. Lo que está en juego es que el PAN deje de ser comparsa del PRI y convertirnos en contrapeso del PRI”, dijo Cordero, el mismo que como coordinador del PAN ofreció a Peña el voto de los senadores a la reforma energética.
“En este proyecto no ofrecemos ni nómina ni estamos regalando puestos públicos”, subrayó Cordero, quien como secretario de Hacienda y de Desarrollo Social usó la nómina para comprar votos de panistas y que el grupo de Calderón controlara el Consejo Nacional.