Encuentran dos osamentas en narcofosa en Chihuahua

domingo, 18 de mayo de 2014 · 15:41
CHIHUAHUA, Chih. (proceso.com.mx).- Elementos de la Procuraduría General de la República (PGR) localizaron una fosa clandestina en el municipio de Buenaventura y dentro de ella dos osamentas, informó el delegado en la entidad, César Augusto Peniche Espejel. Como parte de un operativo de investigación, policías, agentes del Ministerio Púbico, peritos y antropólogos forenses de la PGR acudieron al Ejido Benito Juárez en busca de más restos pero sólo localizaron dos en avanzado estado de descomposición, que fueron trasladados a la Unidad de Búsqueda de Personas Desaparecidas. Las osamentas fueron localizadas en un tiro de mina cerca de las instalaciones de la minera Mag Silver y su filial Cascabel, que fue expulsada por los ejidatarios el año pasado luego de provocar problemas ambientales y sociales a los pobladores. Peniche Espejel dio a conocer que las osamentas quedaron en poder de la dependencia que está a cargo de Salomón Baltazar Samayoa, que determinará la identidad de las víctimas Aparte Gabino Gómez Escárcega, quien está a cargo del área de personas desaparecidas en el Centro de Derechos Humanos de las Mujeres (Cedehm), dijo que las autoridades les informaron sobre el hallazgo de las dos osamentas, por lo que esperarán los resultados. Y es que en el poblado de Benito Juárez se indicó que había más cuerpos y osamentas, pero hasta ahora sólo localizaron las dos mencionadas. Entre los casos que atiende, el Cedehm da seguimiento a la desaparición de tres primos que fueron “levantados” por elementos del Ejército en el Ejido Benito Juárez, el 29 de diciembre de 2009. José Ángel Alvarado Herrera, Niztia Paola Alvarado Espinoza y Rocío Irene Alvarado Reyes, fueron llevados de una de las viviendas de la familia y hasta ahora no hay información sólida sobre su paradero. Las tres hijas de Nitzia Paola, dos gemelas que tienen ahora 18 años y una de 15, se quedaron a cargo de su tía Jesús María Alvarado Espinoza, quien con su esposo y sus cuatro hijos tuvieron que solicitar asilo en Estados Unidos, por el hostigamiento que recibieron de fuerzas policiacas, luego de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), atrajo el caso. Mientras la familia se encuentra en los trámites de residencia permanente en Estados Unidos, la PGR realizó el operativo, sin que hasta ahora se conozca la identidad de las osamentas.

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