MÉXICO, D.F. (apro).- Pese a criticar la cercanía del PRD con el gobierno federal, el exmandatario capitalino Marcelo Ebrard afirmó que no está entre sus planes dejar esa fuerza política, y dejó en claro que tampoco aceptará la Secretaría General, como pretende la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN). “No es el rol que quiero jugar, hay quien lo puede hacer mejor”, expresó en entrevista con Radio Fórmula. El expresidente de la Red Global de Ciudades Seguras, quien adelantó que no buscará una diputación federal en 2015, señaló que con la conformación actual y su cercanía con el gobierno de Enrique Peña Nieto, el PRD “va a tener un derrotero conservador”, pero pidió dar la lucha para que el partido “sí pueda cambiar en un momento dado”. Y una vez más sostuvo que no piensa dejar ese partido, “salvo que hubiera decisiones que no preveo que sucedan”. Ayer, luego de asistir al Segundo Informe de labores del alcalde de Acapulco, Guerrero, Luis Walton Aburto, Ebrard dijo: “El que quiere que me vaya yo (del PRD) es (Jesús) Zambrano, pero yo no tengo porqué irme”. Un día antes, durante una visita a Saltillo, Coahuila, el exjefe de Gobierno reprobó la gestión del presidente Enrique Peña Nieto y se dijo convencido de querer un régimen democrático. Eso se puede lograr si se tiene la voluntad de darle un rumbo diferente al país, pero para ello, comentó, es necesario evitar la pulverización de la izquierda lo más que se pueda, y “evitar que el PRD se convierta en un partido satélite aplaudidor como es ahorita”. Criticó la cercanía que ese partido tiene con Peña y con el gobierno que representa (PRI), pues se transformó de ser una fuerza que antes decía que no a todo, y ahora dice que sí lo mismo, dijo. De no terminar con lo que llamó una “cercanía insana”, el PRD perderá votos en 2018, y por ello es necesario que las fuerzas del partido definan su rumbo, apuntó. Este lunes el exmandatario capitalino también se refirió al maltrato que ha recibido por parte del actual jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, quien –aseguró– no ha dejado de golpearlo con el tema de la Línea 12 del Metro. Señaló que ya son más de seis meses de una ofensiva política desde el Gobierno del Distrito Federal, al parecer para desprestigiar su gestión, pues hasta el momento no se han presentado pruebas contundentes de que esa línea de la red del Sistema de Transporte Colectivo haya sido entregada en malas condiciones y mucho menos del desvío de recursos, como se ha afirmado. “No soy ni negligente ni corrupto y no se vale lo que están haciendo, pero aquí sigo vivito y coleando”, indicó.