MÉXICO, D.F. (apro).- En algunas comunidades y delegaciones políticas de esta ciudad los niños inician su vida sexual a los 10 años de edad sin información sobre métodos anticonceptivos, planificación familiar o enfermedades de transmisión sexual, aseguró Araceli Jiménez, representante en México de la Red Latinoamericana Consejería de Enfermería en Salud Sexual y Reproductiva del Adolescente.
“El inicio de la vida íntima ya no ocurre a los 12 años, como dictan la estadísticas generales del país, sino que se registran experiencias aisladas, que van en aumento, de niños que comienzan a los 10 años”, dijo.
Según un comunicado de la UNAM, la experta aclaró que si la primera relación se da de manera casual, “no precisamente hablamos de que fue con protección o información adecuada, sino de un momento donde quizá hubo un incentivo por parte de los compañeros o por uso de alguna sustancia que lleva a tener un grado de excitación”.
Por eso, dijo que es necesario orientar a los jóvenes de manera oportuna.
A propósito del Día Mundial de la Salud Sexual --que se conmemora este jueves 4 de septiembre--, la especialista explicó que, según el Centro Latinoamericano Salud y Mujer (CELSAM), alrededor de 35% de los adolescentes en el país empiezan su experiencia sexual entre los 10 y 15 años.
Lo más grave, dijo, es que a esa edad no ha recibido información adecuada sobre el uso de métodos anticonceptivos, planificación familiar o enfermedades de transmisión sexual. Esta situación deriva en que 23% de las adolescentes entre los 10 y 14 años se embaracen.
Aunado a esta problemática, agregó, la mortalidad materna se ha convertido en la cuarta causa de muerte en menores de 15 años. Por esta misma razón, 30% de las hospitalizaciones corresponden a jóvenes entre los 10 y 14 año de edad.
La también coordinadora de Intercambio Académico y Movilidad Estudiantil de la Escuela Nacional de Enfermería y Obstetricia (ENEO) de la UNAM, explicó que la disminución en la edad de inicio de la vida sexual se debe a la dinámica social y los medios de comunicación.
Detalló que a temprana edad, los niños conocen de este tipo de prácticas y de las experiencias de sus compañeros. A ello se suman factores como desintegración familiar y el uso de sustancias tóxicas.
“En la convivencia cotidiana los jóvenes se cuestionan entre ellos si ya tuvieron una experiencia sexual; si no la han tenido sienten la presión y hasta padecen de acoso o bullying”, profundizó.
Según sus estudios, en esa “dinámica de juego”, no aprecian que la sexualidad se tiene que vivir, pero que fisiológica y psicológicamente se requiere de mayor madurez. Ellos, dijo, no ven la trascendencia de ejercerla de manera responsable, sino que la ven como una simple práctica, como bañarse, sin reflexionar en que implica compromiso, acuerdos, compartir con la pareja, comunicarse, un vínculo de satisfacción y goce e, incluso, afectivo.
“Esa es la parte de la que carecen… En la etapa de adolescencia físicamente se pueden tener las condiciones para iniciarla, pero hay que valorar si es el momento adecuado para tomar decisiones”, consideró la especialista.
Araceli Jiménez, representante en México de la Red Latinoamericana Consejería de Enfermería en Salud Sexual y Reproductiva del Adolescente, sugirió al sector salud institucionalizar los grupos de consejería para embarazadas, cuya metodología incluye principios y técnicas como la empatía, la escucha activa y el parafraseo y parte de los derechos sexuales y reproductivos y la perspectiva de género.
También se debe oficializar la atención de la salud sexual y reproductiva, dotarla de más recursos, áreas físicas y equipos, para brindar la información necesaria para la prevención de enfermedades, planificación familiar y métodos anticonceptivos y la prevención de la violencia en la relación de pareja, concluyó.