Privilegios y opacidad ‘sepultaron’ el presupuesto base cero: CIEP

viernes, 13 de noviembre de 2015 · 22:30
MÉXICO, DF (apro).- La aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2016 por parte de la Cámara de Diputados representó la conclusión de “una crónica de una muerte anunciada” del presupuesto base cero, que se diluyó en los privilegios sectoriales y en la opacidad en la ejecución de los recursos. Lo que es peor, la aprobación tanto de la Ley de Ingresos como del Presupuesto de Egresos se consumó al vapor, sin el debido análisis por parte de los legisladores, salvo algunas excepciones, de acuerdo con el director del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), Héctor Juan Villarreal Páez, quien dice a Apro: “La pregunta que tendríamos que hacernos es si esto es un presupuesto base cero, definitivamente no lo es. Ya que no hay manera de elaborarlo en un país como México, el gasto es ineludible, las cosas que no puedes modificar son grandísimas, y las que puedes modificar, implican cambios legales que en el corto plazo no se pueden hacer”. El encargado del CIEP, que se especializa en diversas ramas de las finanzas públicas, criticó que el paquete económico llegó al Congreso cuando las comisiones en la Cámara de Diputados todavía no estaban instaladas, lo que devino en una pobre discusión y análisis. “Con honrosas excepciones, muchos diputados no conocían la propuesta, el nivel de discusión fue muy pobre, se sabía que el margen de maniobra era muy pequeño, entonces terminábamos discutiendo cosas muy triviales o de segundo o tercer orden, como si los diputados iban a conseguir llevarse un dinero para fondos de su distrito”, lamenta el doctor en microeconomía aplicada por la Universidad de Wisconsin. Y puntualiza: “Cuando los diputados están preocupados por un monto de 10 mil millones de pesos, en un presupuesto de 4.7 billones, la verdad es que está muy tercermundista el asunto”. En efecto, el diputado de Morena, Vidal Llerenas, comenta a esta agencia que “el problema está en el modelo de discusión de presupuesto… En las comisiones se discutió, pero ese análisis no tuvo mayores repercusiones de forma macro, ni en la Comisión de Presupuesto y Cuenta Pública; se mejoraron algunas cosas pero los diputados se interesaron en el etiquetado hacia estados y municipios y menos enfocados a otras cosas más importantes”. Presupuesto con “tintes políticos” Según el legislador, es en el tema de los recursos etiquetados a estados y municipios donde el presupuesto adquirió “tintes políticos”, e incluso reconoce que “discutimos el presupuesto centrado en los recursos etiquetados, sin discutir las grandes decisiones de gasto, más allá de que hay un pequeño incremento en salud, educación y el campo”. De acuerdo con un análisis del Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC), en el PEF 2016 el Ejecutivo prevé otorgar 56 mil 653 millones de pesos a 23 programas con grandes problemas de opacidad y rendición de cuentas. Según el Índice de Desempeño de los Programas Públicos Federales 2015 (INDEP 2015), la opacidad de los programas implica no reportar información sobre el cumplimiento de sus objetivos, así como la información sobre su población potencialmente beneficiaria. En este sentido, el INDEP 2015, junto con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), identificó que 43 de 161 programas sociales no contaban con estos criterios, por lo que difícilmente podría llevarse a cabo una evaluación tipo presupuesto base cero con cabalidad. Eso no es todo, el CIDAC, presidido por Luis Rubio, destacó en su estudio que la estructuración del presupuesto continúa sin resolver asuntos pendientes en relación con la transparencia y el seguimiento de los recursos públicos. Por ejemplo, el Ramo 23 –que destina provisiones salariales y económicas a los gobiernos locales en distintos rubros, como el Fondo de Desastres Naturales (Fonden), el Fondo Metropolitano o el Fondo de Apoyo a Migrantes– carece de la regulación para su adecuada entrega y designación, lo que permite que los gobiernos estatales no informen sobre la eficiencia de su gasto. Además, señaló, este patrón se encuentra en distintos ramos como el 28 y el 33 (participaciones y aportaciones). “Tan es así que de acuerdo con la Auditoría Superior de la Federación (ASF), el ejercicio del gasto federalizado, en el cual se encuentran los ramos 23, 28 y 33, carece de metas anuales y mecanismos de evaluación”, enfatizó. Pare el 2016 se aprobaron participaciones a entidades federativas y municipios por el orden de los 678 mil 747 millones de pesos, sin embargo, para el director del CIEP sigue sin resolverse el problema que tienen los estados respecto de la dependencia de las transferencias federales, así como la escasa captación de recursos por sí solos y la mejora de la calidad en el gasto. Incremento en sectores, insuficiente Dentro del poco margen de maniobra que tuvieron los diputados para modificar algunas partes del gasto, lo hicieron en los sectores de educación, al incrementar 5 mil millones de pesos para fortalecer los programas de educación básica, proyectos culturales y educación superior, quedando un presupuesto total de 302 mil 986 millones. Por su parte, el sector salud tuvo un aumento de apenas 2% respecto de la propuesta del Ejecutivo, al totalizar un gasto de 132 mil 216 millones de pesos; al igual que Comunicaciones y Transportes, que contará con recursos equivalentes a 105 mil 217 millones de pesos; mientras que el campo, a través de la Sagarpa, tendrá a su disposición 84 mil 827 millones, 8 mil millones más que lo planteado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Mientras que el gasto programado a desarrollo social asciende a 109 mil 371 millones de pesos. Con todas estas modificaciones, las mencionadas partidas presupuestarias fueron menores respecto de las destinadas para este año, sacrificando en gran medida el gasto en inversión, que se redujo en 21% y que, según Villarreal Páez, “a la vuelta de la esquina te empieza a cobrar la factura en términos de crecimiento y competitividad”. Sobre los recursos destinados a la educación, que ocupan la mayor parte del presupuesto, el exdirector general del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados dice a Apro: “Hay rubros en este sector que tienen un fondeo insuficiente para las necesidades del país, pero hay otras, como la nómina en la educación básica, que absorben una cantidad de recursos que la verdad ha tenido mucho crecimiento inercial y muchas veces injustificado… No es que la educación básica necesite más recursos, pero un grueso de los recursos se los lleva la nómina, cuando la población en educación básica va decreciendo en algunos años y en algunas regiones hay despoblamiento y la infraestructura es paupérrima”. Sobre el recurso destinado al campo, critica que tiene partes muy opacas, como en el Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Sustentable, que exhibe muchas partes en las que las evaluaciones que existen son de gestión, no de impacto. “Tenemos muchas áreas que reciben recursos donde la justificación económica nunca ha estado clara, yo no digo que no hay que apoyar al campo, pero sí se necesita un análisis muy sólido que ahorita yo no veo por ningún lado, me parece que se está tirando dinero”, detalla. El freno de la deuda En suma, el director del CIEP detalla que el llamado presupuesto base cero no se dio en un contexto donde si bien logró de una manera matizar la caída de los ingresos petroleros en la Ley de Ingresos de la Federación 2016, no lograba contrarrestarla por completo. No sólo eso, este paquete económico tenía por objetivo cortar una inercia que venía desde hace unos doce años, donde el presupuesto simplemente era más grande y no necesariamente sucedía esto por diseño, sino que sucedía de manera inercial, sin ninguna racionalidad de por medio. No se logró. Además, existe otro obstáculo que impide que se tenga un presupuesto base cero, que es el crecimiento de la deuda, las participaciones y el tema de las pensiones, que escalarán en los siguientes años. Es lo que el investigador miembro del SNI califica como “la crónica de una muerte anunciada”, que fue el paquete económico del 2016, el cual sólo podrá tener efectos de largo alcance con una reforma fiscal a fondo. De otra forma es imposible, y no hay presupuestos base cero que quede a la medida de las finanzas públicas del país.

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