Mancera llama a no 'sucumbir al caudillismo” y evitar la 'simulación democrática”

lunes, 25 de enero de 2016 · 16:15
MÉXICO, DF (apro).- El jefe de Gobierno del Distrito Federal Miguel Ángel Mancera llamó a no “sucumbir al caudillismo o a un presidencialismo como degeneración del sistema presidencial sin equilibrio de poderes”. Negado a mencionar nombres o partidos políticos, dijo que “a nadie le conviene la simulación democrática”, sino que “ahí es donde debe estar la voz del progresismo”. Al presidir el Segundo Encuentro Internacional de Izquierdas, en el Museo de la Ciudad de México, el mandatario local consideró que “las actuaciones políticas hoy en día dificultan hacer una clasificación pura... Algunos que se dicen de izquierda rehúyen a apoyar los derechos de la comunidad LGBTTTI. Otros que se asumen de la derecha extrema pretenden hoy tomar banderas de los más débiles, como es el caso de los trabajadores que menos ganan”. Y siguió: “Parece entonces que hay una tendencia ecléctica a pregonar solo lo que no reste ganancia política, aún ante la falta de eso, de un encuadramiento político certero o preciso”. Reiteradamente negado a afiliarse a algún partido político, aunque ha dicho que simpatiza con la izquierda, Mancera Espinosa dijo que hoy las divisiones del pensamiento se llegan a confundir. “No resulta extraño que quienes pudieran ser encasillados como conservadores, de pronto abren o abrazan una tarea propia de los liberales. O que se entienda la necesidad de correr la línea de la izquierda extrema hacia algunos planteamientos de convergencia en el centro. En todo caso lo que nadie desea, estoy seguro, es caer en los pensamientos totalitarios o dictatoriales”, aseguró. El jefe de Gobierno del DF consideró que más allá de asumirse directamente de izquierda o no, “la búsqueda debe estar en la construcción de un Estado de Derecho” en el que se respeten los derechos fundamentales. “Un Estado de Derecho en el que sus normas den vigencia a la libertad de pensamiento, a la efectiva participación plural. El progresista, creo yo, debe tratar de que el marco constitucional que contiene esa división de poderes y la protección de los derechos humanos no sea ficticia, a nadie le conviene la simulación democrática, ahí es donde debe estar la voz del progresismo”, enfatizó. Se preguntó “¿qué es peor o qué es mejor, la socialdemocracia o las democracias liberales ambas reveladas desde mi punto de vista contra regímenes dictatoriales tanto socialistas cuanto capitalistas?”. Su propia respuesta se limitó a decir que es “difícil encontrar un rastro único o una frontera clara”. En entrevista al término de su discurso, Mancera Espinosa respondió algunas preguntas a la prensa: –¿Podemos ponerle nombre a las personas que se refiere, podemos decir López Obrador, podemos decir el PAN? –No le pusimos nombre nosotros, ¿para qué le ponemos nombre? –¿Con dedicatoria? Hablaba de caudillismo, hablaba de la derecha que se enarbola con… –Lo que acabamos de expresar es simple y sencillamente lo que ha acontecido, tiene datos de historia, de historia universal, de historia de México, de historia de América Latina y ahí cada quien que lo platique. Constitución progresista Ante Jesús Ortega, coordinador nacional de Demócratas de Izquierda, el exrector de la UNAM José Narro, el presidente nacional del PRD Agustín Basave, el expresidente del IFE José Woldenberg, entre otros invitados especiales, Miguel Ángel Mancera reiteró el carácter progresista que su administración buscará plasmar en la Constitución Política de la Ciudad de México. El progresismo, dijo, debe avanzar hacia el Estado de Derecho, con derechos humanos claros, normas precisas, a la defensa de los olvidados y de los que han sido usados como cimiento de una “economía artificial” soportada en “la opresión y en la falta de oportunidad”. Tal escenario, agregó, se puede realizar con líneas de pensamiento diferentes, “quizá la llamada política prefigurativa, quizá esa línea de pensamiento que busca una sociedad igualitaria y democrática, pero con una democracia directa sin vicios propios de la democracia formal; crear comunidad, relaciones reales, romper con la democracia dogmática y llena de burocracia”. El mandatario local aseguró que fue el progresismo y la suma de la voluntad política la que permitió la aprobación de la Reforma Política del DF en el Congreso de la Unión, el pasado 20 de enero. Agregó que en la nueva Constitución de la Ciudad de México se plantearán estos principios. Por lo pronto, detalló que su gobierno seguirá impulsando el salario mínimo, una política de salud, la profesionalización de los maestros, la solución de los conflictos de modo “pacífico y democrático”, el apoyo a la iniciativa empresarial, el replanteamiento del uso de suelo, el reparto de plusvalías y una estructura fiscal “progresiva y exigente”. Todo ello, aclaró, ajeno “a la burocracia y la corrupción”. Así dibujó la nueva carta magna de la Ciudad de México: “Hablamos de dar un salto cualitativo en términos democráticos, hay una gran oportunidad para crear una Constitución de avanzada, una Constitución progresista, moderna, que dé respuesta a las exigencias de una sociedad que es demandante, que abre espacio a los gobiernos de coalición, a gobiernos que reflejen pluralismo, que afloran en grandes ciudades como ésta”. Y reiteró: “La Ciudad de México es, y quiero subrayar, es de carácter progresista, por su estructura, por su historia, por su lucha, por lo que busca, por sus ideales, por los planteamientos de avanzada que ha mostrado”.

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