'Ser operador político, no creo que es malo”: titular de Sedesol

miércoles, 23 de noviembre de 2016 · 21:32
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- Con un tono balbuceante y una locución insegura, poco claro en explicar conceptos clave sobre la pobreza, y agresivo ante las –escasas– preguntas críticas, Luis Enrique Miranda Nava, titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), compareció esta tarde ante la Comisión de Desarrollo Social de la Cámara de Diputados. No negó que funge como “operador político”. “Ser operador político, no creo que es malo, me parece que usted también lo es”, respondió a Aracely Damián González, la diputada de Morena quien lo acusó de usar su cargo público para realizar operaciones electorales y le pidió renunciar “si quiere estar en precampaña”. “No solamente (se trata de) criticar, si su partido no permite que a los pobres se les ayude en cualquier parte del país, dígalo, pero no critique de esta manera”, aseveró el funcionario. Descalificó a la diputada, aseverando que ella conoce de la pobreza “desde su carro” o “desde su curul”. Renato Molina, también diputado por Morena, reaccionó durante la segunda ronda de preguntas. “Un operador político le rinde cuentas a su partido, un servidor público a los ciudadanos”, exclamó. Más tarde, el diputado expuso que las delegaciones federales de la Sedesol en los estados son “plataformas de operación política”; Miranda se negó a contestarle. El nombramiento de Miranda Nava a la Sedesol, en septiembre pasado, provocó una reacción adversa en la sociedad civil y los partidos de oposición, debido a su perfil de operador político de su amigo de la infancia, Enrique Peña Nieto –mexiquense como él. No tiene experiencia en materia económica, ni menos en combate a la pobreza; lo demostró durante su comparecencia al confundir, por ejemplo, la población en situación de pobreza alimentaria con la beneficiaria de la Cruzada Nacional contra el Hambre. Miranda Nava es licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM); fue subsecretario y luego secretario de Gobierno del Estado de México entre 2007 y 2012 –cuando Peña Nieto era gobernador de la entidad mexiquense. A finales de 2012, fue vicecoordinador político del equipo de transición de Peña Nieto y, al asumir el poder, fue nombrado subsecretario de Gobierno en la Secretaría de Gobernación (Segob). En abril de 2015, Proceso reveló que Miranda Nava estaba por construir –a nombre de su esposa– una casa de 55 millones de pesos en el exclusivo barrio de Las Lomas, donde se encontraba la llamada “Casa Blanca” de Enrique Peña Nieto y su esposa Angélica Rivera, y que por mientras renta una lujosa casa a la influyente familia Burillo Azcárraga. En su presentación previa a la sesión de preguntas, Miranda se adelantó a los cuestionamientos sobre su designación a un puesto clave de la administración pública: la dependencia encargada de combatir la pobreza y el rezago social en el país mediante distintos programas sociales y un presupuesto de más de 105 mil millones de pesos el próximo año. “Seguramente habrá preguntas, seguramente válidas, no de ahora, sino del día del nombramiento de su servidor (…) porqué un funcionario que viene de la Secretaría de Gobernación vino a hacerse cargo de la Sedesol”, dijo, al precisar más tarde: “El desarrollo social no sólo es del secretario Miranda”. Cuestionado por Gonzalo Guízar Valladares, diputado de Encuentro Social, sobre la “sospecha” que generaron sus viajes recientes a Coahuila, Nayarit y el Estado de México –tres estados que atravesarán procesos electorales el próximo año–, Miranda aseveró que lo hizo “intencionalmente”, pues según el funcionario “es importante recorrer los estados del país con contienda electoral”. Se comprometió a no volver a visitar estos tres estados “hasta que pasen las elecciones”, es decir, hasta el próximo mes de junio. Al insinuar que se usan los programas sociales para fines electorales, “estaríamos minimizando al votante y quien ejerció libremente su voto”, planteó Miranda, y precisó que no utiliza la Sedesol para buscar un posterior cargo público o la Presidencia de la República. Afirmó que participa en distintas ferias para “que sus compañeros lo conozcan a uno como servidor”, y aseveró que para combatir la corrupción en el otorgamiento de recursos, se deben “agilizar las reglas de operación” de los programas sociales. “Si resulta que malversan el dinero que se otorga entonces generamos un círculo vicioso. Si no transparentamos las cosas con mucho orden no podremos resolver (los problemas)”, dijo el funcionario. Ofreció a todos los partidos reunirse para analizar los padrones electorales y de beneficiarios de programas sociales. “Hay más de 70 países que tiene programas de transferencias (monetarias) condicionadas”, añadió, al insistir en que ningún beneficiario de Prospera o del Programa de Adultos Mayores dejará de percibir su ingreso el próximo año. “Hay pocos recursos. No vivimos en la abundancia ni vivimos en el derroche. Cuando la eficiencia es verdadera puede salir (adelante) una colonia, un lugar, una zona específica con tanta pobreza”, añadió. En un primer tiempo, el funcionario enseñó a los diputados una presentación que retomó los datos y gráficas más relevantes de la última medición de pobreza del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), que se publicó en agosto de 2014. A lo largo de más de tres horas, propinó frases generales como “la pobreza alimentaria es la pobreza que más genera rencor, que más genera pobreza en general” o “vamos a dejar el asistencialismo” –un discurso que los titulares de la Sedesol repiten año tras año–, y a veces ridículas, como cuando aseveró que la leche que distribuye Liconsa a bajo costo es “recomendable para cualquier niño, no sólo de México sino del mundo”. Ante las críticas sobre los malos resultados de la administración actual, Miranda pidió tiempo: “Cuando Coneval entregue los datos sobre medición de la pobreza, en 2017, veremos si la política de desarrollo social ha funcionado o no ha funcionado”. No precisó que, en su último levantamiento de medición del ingreso, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) modificó su metodología sin avisarle al Coneval, por lo que los datos que fueron levantados resultaron “incomparables” con series anteriores. Durante la comparecencia, el PRI y el PVEM alabaron a Miranda y a la estrategia nacional contra la pobreza. Virgilio Mendoza Amezcua, diputado del PVEM, incluso aplaudió la “experiencia” de Miranda, la cual garantiza, según él, que “a México le vaya bien”.

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