Premian al primer biofungicida mexicano; fue creado en la UNAM

viernes, 8 de abril de 2016 · 19:05
CIUDAD DE MÉXICO (apro).- La UNAM suma un galardón más. Esta vez fue premiado el primer biofungicida creado en México que no es contaminante ni tóxico para las plantas, el suelo y el ambiente, generado en una empresa derivada del Instituto de Biotecnología (IBt) perteneciente a esta casa de estudios. El gobierno de Morelos entregó el Reconocimiento al Mérito Estatal en Investigación (REMEI), en la categoría de Investigación Científica e Innovación a los creadores de este biofungicida, los investigadores Enrique Galindo Fentanes y Leobardo Serrano, del IBt. De acuerdo con un comunicado de la UNAM, los especialistas trabajaron más de una década en el proyecto: En la etapa inicial contaron con el apoyo de especialistas del Centro de Investigación en Alimentos y Desarrollo (CIAD) unidad Culiacán. Los resultados demuestran que Fungifree AB® es efectivo contra la antracnosis –enfermedad causada por un hongo en las plantas plantas tropicales--, aunque puede ser considerado un biofungicida de amplio espectro, funcional para al menos 23 cultivos agrícolas. Entre los beneficios de este producto se cuenta que fue clasificado en el nivel más bajo de toxicidad por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). Además, en condiciones adecuadas dura hasta dos años sin refrigeración; es distribuido por la empresa líder en productos para el agro --FMC Agroquímica de México--, no contamina, es altamente efectivo y es 100% mexicano y universitario. Según la explicación de la UNAM, Fungifree AB® fue pensado originalmente para combatir una infección de los mangos llamada antracnosis, que llena de manchas negras a los frutos e impide su exportación. Sin embargo, detectaron que el polvo humectable, formulado con esporas de Bacillus sp. cepa 83, sirve también contra dos enfermedades más y 23 cultivos. También ayuda a contrarrestar padecimientos de aguacate, papaya, limón, naranja, mandarina y toronja, además de abatir la cenicilla polvorienta en calabaza, calabacita, chayote, melón, pepino, sandía, berenjena, chile, jitomate y tomate de cáscara (verde), entre otros. El descubrimiento llevó a sus autores a que en 2014 se hicieran pruebas de efectividad, con las cuales se obtuvo el registro para el control de la antracnosis, el moho gris y el mildiú polvoriento en el grupo de las “berries”, que incluye cultivos de fresa, frambuesa, zarzamora y arándanos. Desde noviembre de 2012 se comercializa en el campo nacional.

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