CIUDAD DE MÉXICO (apro).- El historiador Enrique Krauze considera que el gobierno de Enrique Peña Nieto resultó una “decepción”, que los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón fracasaron, pero estima que dar un viraje hacia Andrés Manuel López Obrador sería ir a un “caudillismo populista”.
Para Krauze la solución está en los jóvenes. “Hago un llamamiento a la generación x y los millennials, que tienen entre 25 a 40 años, para que se organicen. Tienen que clausurar su adolescencia. Pasar de la indignación de las redes sociales a la construcción institucional. Aún estamos a tiempo de un candidato nacional joven”.
En entrevista para el diario español El País, Krauze comentó que el regreso al gobierno federal del PRI con Peña Nieto “ha sido una gran decepción”.
Dijo que el mexiquense “siendo un hombre joven, que miró hacia adelante con las reformas económicas, es un joven viejo. Piensa como viejo, actúa como viejo, tiene ademanes de viejo. Esa es la razón de que genere tanto rechazo entre los jóvenes”.
De los sexenios panistas, resumió: “Fox fracasó porque dilapidó su capital político y se limitó a sacar al PRI de Los Pinos. Calderón se equivocó en la guerra contra el narco. Y eso se debió en parte a que se alineó con Estados Unidos”.
Pero con quien es más lapidario es con López Obrador, el líder de Morena. “La indignación moral de López Obrador respecto a la corrupción y la impunidad es correcta; la medicina que propone solo agravaría la situación de forma irremediable. Instauraría un caudillismo populista, deconstruiría lo poco que llevamos de democracia y derrumbaría el modelo económico. Evidentemente, es un modelo que debe corregirse porque tiene graves problemas de corrupción, desigualdad y pobreza, pero la solución no radica en un estatismo nacionalista populista”.
A continuación parte de la entrevista.
Pregunta. ¿Ha fracasado el proyecto democrático que se inició en 2000?
Respuesta. No, pero las esperanzas que tuvimos fueron excesivas e ingenuas. Ahora estamos decepcionados. Los cuatro jinetes del Apocalipsis, la inseguridad, la violencia, la impunidad y la corrupción, están desbocados
P. ¿Y por qué no culminó con éxito ese proceso?
R. Creímos que el voto y su magia iban a resolverlo todo. Pero las inercias, los intereses creados y los poderes lícitos e ilícitos que crecieron al amparo del viejo sistema político siguen vivos y aún más sueltos que entonces.
P. Y respecto al futuro, ¿se puede ser optimista?
R. Los cuatro jinetes del Apocalipsis, la inseguridad, la violencia, la impunidad y la corrupción, están desbocados, incluso más de lo que estuvieron el siglo pasado. Hay regiones enteras que no son México ni están controladas. No quiero incurrir en la segunda ingenuidad de ser optimista en este momento.
P. ¿Entonces es pesimista?
R. Suspendo el juicio. Estoy en estado de pasmo. Pero hay territorios que avanzan y la economía mexicana tiene un dinamismo que no se detendrá, a menos que llegue al poder un régimen de corte populista.
P. ¿Se refiere al aspirante a la presidencia Andrés Manuel López Obrador?
R. Por supuesto. Exclusivamente a López Obrador.
P. ¿Lo considera un peligro?
R. No usaré esa palabra. Simplifica indebidamente la complejidad del fenómeno. La indignación moral de López Obrador respecto a la corrupción y la impunidad es correcta; la medicina que propone solo agravaría la situación de forma irremediable. Instauraría un caudillismo populista, deconstruiría lo poco que llevamos de democracia y derrumbaría el modelo económico. Evidentemente, es un modelo que debe corregirse porque tiene graves problemas de corrupción, desigualdad y pobreza, pero la solución no radica en un estatismo nacionalista populista.
P. ¿Son las candidaturas independientes esa solución?
R. Todavía no tenemos en el ámbito nacional ninguna figura que encarne lo que El Bronco significó en Nuevo León. Por eso hago un llamamiento a esos jóvenes, a la generación x y los millennials, que tienen entre 25 a 40 años, para que se organicen. Tienen que clausurar su adolescencia. Pasar de la indignación de las redes sociales a la construcción institucional. Aún estamos a tiempo de un candidato nacional joven.
P. ¿Ningún partido es capaz de ello?
R. He sido un crítico abierto de Podemos, tengo mejor opinión de Ciudadanos. Pero me pregunto por qué en México no ha surgido ninguno de estos fenómenos. Carezco de respuesta.
P. ¿Y en qué se ha quedado el PRI y su promesa de cambio?
R. Ha sido una gran decepción. Hizo reformas estructurales en ámbitos económicos claves, pero falló frente a la corrupción, la inseguridad y la impunidad. Esta dimensión, vinculada al valor de la vida, la convivencia y la civilidad, es más importante que los cambios económicos. En ese sentido, hay decepción con el presidente, porque siendo un hombre joven, que miró hacia adelante con las reformas económicas, es un joven viejo. Piensa como viejo, actúa como viejo, tiene ademanes de viejo. Esa es la razón de que genere tanto rechazo entre los jóvenes.
P. Vicente Fox, Felipe Calderón, Enrique Peña Nieto. ¿Cuál es el juicio de la historia para estos presidentes?
R. Malo.
P. ¿Fracasaron?
R. Fox fracasó porque dilapidó su capital político y se limitó a sacar al PRI de Los Pinos. Calderón se equivocó en la guerra contra el narco. Y eso se debió en parte a que se alineó con Estados Unidos. Peña Nieto, ya lo dije, cayó en el espejismo del economicismo. Pero la vida es mucho más, el liderazgo ético es más importante que las mejoras económicas. (Entrevista completa en El País)